River Plate marcó su superioridad ante Boca Juniors y se quedó con un vibrante superclásico | OneFootball

River Plate derrotó a Boca Juniors 2-1, en el estadio Monumental, en un cruce interzonal de la decimoquinta fecha del Torneo Apertura. Esta edición del superclásico ofrendó un partido con atractivos y momentos destacados.

Sorprendió el cambio de libreto táctico de Fernando Gago, presentando cinco defensores. Esta postura cautelosa no resulto eficiente para frenar el buen circuito ofensivo de River Plate, que mostró lo mejor en el primer tiempo.

Desde el mediocampo emergía la figura de Enzo Pérez, haciendo todo a la perfección: cortando, recuperando, distribuyendo y haciendo una exacta lectura del partido. Y por la punta derecha con otra lucida performance de Franco Mastantuono -ratificando su excelente presente- y las proyecciones de Gonzalo Montiel, River avanzó por la autopista del peligro.

Todo favorecía al local, ante un Boca Juniors al que le costaba afirmarse y mucho más llegar hasta la lejana área de enfrente. Era notoria la superioridad del Millonario en esa etapa inicial.

Un golazo de Franco Mastantuono disparando calidad con su zurdazo para ejecutar un tiro libre, desde aproximadamente 30 metros, que se clavó en un ángulo, a los 24 minutos. Además de esta brillante conquista, el delantero registró un récord: es el futbolista de River más joven -17 años, 8 meses, y 13 días- que anotó en un superclásico, dejando atrás la marca de Javier Saviola, autor de un gol a sus 18 años y 5 meses, en el año 2000 en partido válido por Copa Libertadores.

Dos relevantes atajadas de Agustín Marchesín, ante un remate de Sebastián Driussi y un cabezazo de Germán Pezzella, impidieron que el torrente agresivo de River Plate volviese a inundar el arco de su clásico rival.

Sorprendió el empate de Boca Juniors, considerando el desarrollo del partido, en un ataque aislado. Lautaro Blanco tiró un pase largo, Franco Pezzella calculó mal y le erró al cabezazo y lo aprovechó el siempre atento y peligroso Miguel Merentiel para apoderarse de la pelota, encarar a Franco Armani y superarlo con un medido remate bajo, a los 37 minutos.

No demoró demasiado el equipo de Marcelo Gallardo en volcar nuevamente el resultado a su favor. Marcos Acuña lanzó un centro impecable para el cabezazo de Sebastián Driussi tapado por Agustín Marchesín; el rebote le cayó al delantero y esta vez su remate acabó cruzando la línea de gol, a los 43 minutos. Para Driussi fue el tercer partido consecutivo, en menos de diez días, facturando, tras sus goles a Gimnasia y Esgrima, por este Apertura, e Independiente del Valle, por la Libertadores.

Bajó un poco el pie del acelerador River en el segundo tiempo, quizás el cansancio por el esfuerzo y el desgaste del período inicial influyó. Además sus dos primeros cambios fueron por lesiones: Gonzalo Montiel, en el entretiempo, y Giuliano Galoppo, a los 10 del complemento.

De todos modos, Boca no modificó su dibujo táctico y River siguió ejerciendo el control aunque sin el mismo brillo ni la misma intensidad. Franco Mastantuono dispuso de una gran oportunidad para sellar su doblete, aprovechando el espacio libre para ir rumbo a Marchesín, sin embargo falló en la definición y su tiro se fue afuera, falto de dirección.

Recién en los minutos finales, Boca Juniors amenazó seriamente con una posible igualdad. Fue importante el ingreso de Exequiel Changuito Zeballlos, por sus desbordes y búsquedas por la punta derecha. Amenazó enseguida con un remate que salió cerca del poste.

La claridad y las ideas seguían ausentes, el mérito del Xeneize estuvo en su tradicional sello: la garra y el amor propio. Con el corazón disimuló la falta de creatividad. En los últimos instantes, Franco Armani ratificó sus aptitudes, tirándose cerca del poste para sacar un amenazante rebote en Lautaro Di Lollo, y luego cuando acababa el tiempo de descuento, tapando un riesgoso cabezazo de Ayrton Costa.

A pesar de la derrota, Boca sigue puntero en la Zona A, con 32 puntos, mientras que River está en el tercer lugar en la Zona B, con 28 puntos, y ambos tienen su lugar asegurado en los playoffs. Pero hoy la gran fiesta solamente tuvo colores rojiblancos.