La Galerna
·26. Januar 2025
La Galerna
·26. Januar 2025
Buenos días, amigos. No sabemos cómo ha sido, pero el equipo más desastroso de la historia del fútbol mundial, el hazmerreír de los sabios balompédicos que pueblan la piel de toro, ha ampliado su ventaja como líder de la liga, y ya le saca cuatro puntos a su inmediato perseguidor. Hablamos del Real Madrid, y hablaremos ahora de Kylian Mbappé.
Porque tampoco sabemos cómo diantres ha podido suceder, pero el futbolista egocéntrico que venía a romper la armonía de un vestuario ejemplar, el que ya no era (ni volvería a ser) la sombra del que asombró al planeta con la camiseta de Mónaco, PSG y selección francesa, el divo veleidoso e insustancial, la perjudicial prima donna innecesariamente fichada, ya los mete de tres en tres.
Cuánta ocasión perdida para medir palabras gruesas se han desperdiciado en los últimos meses, y no solo por parte de la prensa deportiva tradicional, sino sobre todo por el propio madridismo de las redes sociales y los comunicadores de nuevo cuño en las plataformas al uso. Cuánta saliva malgastada en juicios de valor precipitados, en taxatividad imprudente, en torpeza oral o escrita. Al final va a resultar que Mbappé no es malo. Al final va a resultar que no está acabado ni palidece del todo en la comparación con Lamine Yamal, como han llegado a decir algunos periodistas impulsados por la vesania anti, también algunos comunicadores madridistas arrastrados por una especie de catastrofismo histérico. Le han llegado a comparar con Hazard. Parece que se han pasado un pelo. O dos.
Al final, ya veréis, ya a resultar que no ha sido un mal fichaje. Quién lo iba a decir, ¿verdad?La historia del primer hat trick (chapeau-astuce) de Kylian Mbappé con la camiseta del Real Madrid está detallada en la crónica de Ramón Álvarez de Mon, así como el correspondiente sobresaliente que le fue otorgado por Genaro Desailly en las notas de la noche.
No fue el único que brilló. Asencio también estuvo impecable como lateral, lo que constituye una gran noticia dadas las bajas de larga duración que sufre este equipo. Ceballos volvió a destacar, manejando el encuentro con su abnegado arte sevillano, sembrando el pánico con sus pases filtrados y constituyendo, junto a Valverde, el punto de referencia en la zona ancha.
Pero el indiscutible MVP fue sin duda Kylian. En el primero, hizo fructificar una pared genial en la frontal del área, apoyándose en la clase infinita de Bellingham para sacar ases de la manga en un palmo de terreno. En la segunda, concretó casi sin ángulo un contragolpe ejemplar del equipo, comandado por Ceballos y Rodrygo. Finalmente, transformó con maestría un penalti cometido sobre el propio Bellingham.
Como diría un cockney con tres pintas en el cuerpo, Kylian Mbafuckingppé.
Tratar de hallar la proeza goleadora de Mbappé en la prensa cataculé del día, o al menos en sus portadas, es como tratar de hallar un gramo de decencia en Toni Freixa. Está allí, porque nadie existe sin ninguna decencia, pero cuesta encontrarla. Son pequeños recuadros en faldones casi ateridos de miedo.
Hay miedo, sí. El club cliente de Negreira ha diseñado un equipo con una mezcla de noveles talentosos y estrellas internacionales que, por lo que sea, solo parecen capaces de brillar ante el estímulo de jugar en Europa o enfrentarse al eterno rival. Solo el odio o las expectativas ¿excesivas? extraen lo mejor de sus botas. Son consumados expertos en perder o empatar partidos ante rivales menores que no les generan esa adrenalina. Veremos si hoy, ante el Valencia, se amplía la renta que les mantiene alejados de los dos de arriba.
Pasad un buen día.