IAM Noticias
·23 January 2025
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Ni aspavientos, ni broncas, ni gritos. El técnico alemán cogió la pizarra y empezó a corregir los errores uno por uno. El resultado: 1-4 en la segunda parte
Hansi Flick demostró el martes en Lisboa su capacidad para salir airoso de auténticas encerronas. El técnico alemán, que presenció impertérrito desde el banquillo cómo su equipo se desangraba en la primera parte (3-1), decidió intervenir a la media parte. Reunió a todos los jugadores y pizarra en mano, empezó a corregir y aleccionar a sus pupilos sobre todo los errores que habían cometido. Según ha podido saber AS, no hubo bronca, ni gritos altisonantes, ni exabruptos. Todo lo contrario, Flick recurrió a sus dotes más didácticas para dar un giro copernicano a una situación que parecía enquistada e irresoluble. Y es que el Barcelona se había ido al descanso con un 3-1 en contra, tras una primera parte nefasta, con numerosos errores, tanto individuales como colectivos. El balance no podía ser más desolador: el equipo estaba muy separado en sus líneas, jugaba sin orden ni concierto y apenas tenía claras ocasiones de gol.
En el descanso se produjo el ‘milagro’. Flick empezó a dar una serie de consignas, tanto individuales como colectivas, para revertir la situación. Para empezar, pidió a la defensa mejores vigilancias y coberturas, haciendo especial hincapié a que Ronald Araújo fuera el que marcara la línea de fuera de juego. También se instó a Pau Cubarsí que buscara el desplazamiento largo, y a los carrileros, que acompañaran en la salida de balón. A Marc Casadó le requirió mayor atención en la presión post pérdida, mientras que a Pedri y Gavi que fueran a buscar a su compañero para encontrar soluciones en la salida de balón. A Lewandowski le recordó la importancia que atrayera a los centrales para encontrar salidas en las bandas con Yamal y Raphinha. Concretamente al joven talento blaugrana le insistió que siguiera buscando el uno contra uno.
La prioridad era que los jugadores juntasen líneas, que se sintieran más arropados y sin tanto espacio que recorrer, buscando siempre al jugador libre y mirando la portería rival. Con la situación climática tan adversa, pidió a sus jugadores que chutaran más desde fuera del área, buscando así un rebote que pudiera facilitar una segunda jugada. Y recordó asimismo que la presión en bloque alto era imprescindible para seguir aspirando a darle la vuelta al resultado, animando a los suyos a seguir creyendo, porque había posibilidades.
Cuarenta cinco minutos después de esta lección táctica, el FC Barcelona conseguía remontar el resultado adverso y ganar con un 4-5, en una de las remontadas más impresionantes que se recuerdan, casi comparable a la que protagonizó el Barcelona de Messi y Neymar en el 6-1 ante el PSG. Asimismo, los cambios tácticos introducidos a medida que avanzaba el partido, con una línea de 3 centrales, y Fermín jugando como extremo izquierda, y Ferran Torres prácticamente como segundo delanteros, acabaron por confirmar un triunfo de autor. En este caso, del manual de estilo de Hansi Flick.
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