OhNacional
·4 May 2025
Parce, Cardona lo celebró como James en el 2014

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·4 May 2025
Papi, lo que hizo Edwin hoy fue una locura total. El man agarró la pelota con la serenidad de un veterano, la acomodó con estilo, miró al arquero Aguerre directo a los ojos… y pum, cobro frío, calculador, letal. ¡Golazo de penal y 1-0 parcial en el clásico paisa, mi llave! La tribuna Sur vino abajo y los del DIM ni sabían qué estaba pasando.
Pero espere, que ahí no paró la cosa, mi rey. Porque apenas la bola besó la red, Cardona soltó una celebración con historia. ¡Sí, parce, lo leíste bien! Edwin se mandó la misma que James Rodríguez en el Mundial de Brasil 2014, esa con la manito en la cara, como diciendo «tranquilos, que acá está el que manda»… y sí, parcero, mandó y con respeto.
A lo bien, ese gesto no fue solo una celebración cualquiera, fue un mensaje con clase. Cardona no solo tiene calidad en los pies, sino memoria en el corazón. Recordó a James, otro crack colombiano, y con eso dejó claro que la sangre de los grandes corre en sus venas. ¡Qué jugador, parcerito, qué jugador!
Y se lo digo sin miedo: Edwin Cardona es el mejor jugador de Atlético Nacional en este semestre. El man ha demostrado jerarquía, carácter, talento y huevos, que es lo que se necesita pa’ ponerse esa camiseta tan pesada. Cada partido, cada pase, cada jugada… el tipo está hecho pa’ esto.
Mientras otros se pierden en los nervios del clásico, Cardona se agranda. No cualquiera se atreve a tirar un penal así de calmado en un clásico, con el estadio encendido y toda la presión encima. Edwin lo hizo parecer fácil, como el que juega picado en el barrio con sus panas.
El Atanasio en la Sur estalló, parce, la fiesta fue total. Y no era pa’ menos, porque cuando un ídolo responde en la cancha, la hinchada lo siente. Cardona tiene ese don de mover multitudes con solo un gesto, con solo una jugada. Y hoy, en la tierra del sabor y la garra, volvió a ser protagonista.
Así que póngale la firma, parcerito: Cardona no solo está jugando, está dejando huella. En este semestre se ha echado el equipo al hombro y lo está llevando con toda. Si sigue así, no solo vamos por la estrella, sino por la historia. ¡Gracias, Edwin, por darnos otra noche mágica con el Verde del alma!