Récord brutal del Barça: 7 partidos en 456 horas y un calendario que sigue sin dar tregua | OneFootball

El FC Barcelona está atravesando un tramo de temporada 2024-25 particularmente exigente a nivel de calendario. Bajo el mando de Hansi Flick, el equipo culé compite en tres frentes: LaLiga EA Sports, donde lidera con 70 puntos; la UEFA Champions League, donde ya está clasificado a semifinales a la espera del ganador entre Bayern Múnich e Inter de Milán; y la Copa del Rey, cuya final disputará el próximo 26 de abril ante el Real Madrid.

Este triple frente competitivo ha llevado a los culés a disputar encuentros prácticamente cada 72 horas. Un ritmo que ha puesto a prueba la resistencia física y mental de la plantilla.

Siete partidos en 456 horas: el maratón azulgrana

Desde el compromiso ante el CA Osasuna del pasado 27 de marzo hasta la vuelta de cuartos de Champions League ante el Borussia Dortmund el 15 de abril, el FC Barcelona jugó siete partidos en apenas 456 horas. Esto equivale a un promedio de un duelo prácticamente cada 65 horas, marcando un nuevo récord de intensidad en la historia del club.

Récord histórico superado: la referencia de 2017

Tal como señala el periodista Oriol Jové de 'RAC1', el anterior récord de compromisos en menos tiempo para el FC Barcelona databa de la temporada 2016-17. En aquella época, el conjunto azulgrana jugó siete partidos en 457 horas y media, entre el 26 de enero y el 14 de febrero de 2017.

Lo que viene para el Barça de Flick: una recta final igual de intensa

Ante esto, no es de extrañar que los jugadores terminen los encuentros completamente exhaustos. Hansi Flick ha intentado gestionar las cargas introduciendo rotaciones puntuales, tratando de dosificar a una plantilla cada vez más exigida. Más allá de eso, la agenda culé no da tregua. Tras superar los cuartos de Champions League, el FC Barcelona tendrá un breve descanso hasta el sábado 19 de abril, cuando visitará al Celta de Vigo. Pero luego el calendario vuelve a acelerar de cara al cierre del mes en cuestión:

Un ritmo frenético y prácticamente letal, que solo podrá sortearse con una gestión física impecable y algo de fortuna con las lesiones.