Yo y mi circunstancia | OneFootball

La fe es una cuestión vital. Es en el nadir existencial del ser humano cuando este recurre a ella, incluso los más escépticos. Aunque aferrarse sin remedio a veces signifique caminar con los ojos vendados. En estos 8 meses de temporada y tras el momento más bajo de su carrera, Pedri González ha resurgido como futbolista. Y Hans-Dieter Flick, en un ejercicio de fe, ha sido su fiel creyente.

Pedri González en el partido ante el Atlético de Madrid del Metropolitano. Fuente: FC Barcelona. Vía: X

Con la escalabrada marcha de una leyenda como Xavi Hernández de los banquillos y los escasos refuerzos que llegaron en verano, la afición culé parecía destinada a revivir otra pesadilla hasta el mes de mayo. La plantilla parecía por debajo de las de Real Madrid y Atleti, que se reforzaron con los fichajes de Kylian Mbappé y Julián Álvarez respectivamente. Nada más lejos de la realidad, ya que tras varias temporadas a la deriva, Flick ha reconducido la situación hasta buen puerto: semifinales de Champions, líderes en LaLiga y final de la Copa del Rey ante el acérrimo rival.

El FC Barcelona se maneja en cifras históricas, tanto en el ámbito defensivo como ofensivo. Una línea defensiva muy adelantada, laterales con mucho vuelo y una delantera sobrada de pólvora. Todo el sistema bajo la batuta de Pedri, un centrocampista tal que ordena al equipo y acelera las jugadas cuando es necesario. Y rompe líneas con pases verticales o conducciones siempre que lo requiere el encuentro. Su metamorfosis comienza y termina poniendo punto y final al calvario de lesiones que le mermó durante las últimas temporadas.

Pedri González recibiendo el MVP en el partido de UCL ante Benfica. Fuente: FC Barcelona. Vía: X

La excelencia del Barça esta campaña no se explica sin la mano de Hansi Flick, pero tampoco sin el pie de Pedri. Ambos son vasos comunicantes. Como dijo el gran Ortega y Gasset: «yo soy yo y mi circunstancia». Y, parafraseando: Pedri es el yo y Flick, la circunstancia.

Escrito por Daniel Sánchez Pérez