moiceleste.com
·24 de octubre de 2024
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El partido disputado anoche entre el Celta y el Atlético de Madrid en Balaídos estuvo marcado por la intensidad, que se personificó en dos jugadores, Borja Iglesias y Reinildo, que mantuvieron un duelo en el que saltaron chispas, especialmente en la primera parte. Las disputas comenzaron muy pronto.
En una jugada aparentemente inofensiva, el Panda intentaba desmarcarse tras una pared, pero se topaba con la firmeza de Reinildo, quien le ponía la pierna para cortar su avance. A partir de ese momento, el duelo entre el delantero gallego y el defensa mozambiqueño se convirtió en una batalla continua, repleta de tensión y acciones que rozaban los límites del reglamento.
La primera acción controvertida sucedió cuando Iglesias, frustrado tras el corte de Mandava, le pedía explicaciones al central. En medio del intercambio, Reinildo terminaba pisando al delantero del Celta, quien caía aparatosamente al suelo, quejándose de dolor. A pesar de las airadas protestas del compostelano, el árbitro Víctor García Verdura no consideró que la acción mereciera mayor castigo. Borja Iglesias, notablemente enfadado, se dirigió al asistente y expresó su descontento: "Es una vergüenza, es una vergüenza", en referencia a que no se hubiera revisado la jugada mediante el VAR.
Tras ese primer enfrentamiento, la tensión entre ambos jugadores no hizo más que crecer. Cada contacto entre Borja Iglesias y Reinildo parecía una lucha personal. La rivalidad alcanzó un nuevo punto álgido cuando, ya fuera de la jugada y con el balón en otra zona del campo, Iglesias impactó deliberadamente con su hombro en el rostro del defensor del Atlético. Fue una acción que bien podría haber sido sancionada, pero el árbitro decidió señalar la falta y dejar que continuase el encuentro.
El técnico del Atlético de Madrid, Diego Simeone, consciente del peligro que suponía la escalada de hostilidades, intervino desde la banda, ordenando a su jugador que no entrara en el juego del delantero rival y que se levantara rápidamente tras el choque, aunque el técnico argentino no lo evitó, ya que unos minutos después, el zaguero colchonero agarró de forma deliberada a Borja Iglesias y acabó viendo tarjeta amarilla.