Camello continúa siendo de oro | OneFootball

De Frutos y Camello elevan al Rayo Vallecano y electrocutan a una Real Sociedad que debuta con dudas. Zubimendi adornó el resultado.

Las dudas continúan para unos y se disipan para otros. Dos de los cuatro equipos menos goleadores de Primera División en pretemporada (junto a Getafe y Espanyol) debutaban en un contexto con muchos interrogantes. Las incógnitas en San Sebastián aumentan tras estrellarse ante su afición. En Vallecas ya son chispazos de ilusión en un año tan ilusionante como es del centenario. No hay mejor motivo que ese para homenajearlo con otro permanencia en Primera División. La primera piedra de las treinta y ocho que hay a lo largo del camino ya está puesta.

Los de Vallecas, tras una mala temporada la pasada (finalizaron La Liga en decimoséptima posición) y un tímido mercado, partían como una de las Cenicientas para esta nueva aventura. Su rol en la tarde del País Vasco fue más bien de Matagigantes. Íñigo Pérez avisó en la previa que quería un equipo valiente, vertical y sin miedos. Sus jugadores así lo calcaron. El plan de partido funcionó y a los diez segundos, de rabona, Ratiu perdonaba las que no se pueden fallar. Pecó de mostrar demasiada personalidad el rumano. Alguno pensaba que se iba a acordar de esa jugada minutos más tarde. No fue así. La Real Sociedad trató de llevar la iniciativa del partido, aunque sin Mikel Merino (en la grada pendiente de cerrar su salida) todo es más complicado.

Los de Imanol Alguacil fueron encontrándose mejor. Dominaban la posesión, pero sin terminar de asustar en los metros finales. Cárdenas, con el ruido que existe en la portería franjirroja, solventaba problemas cuando le llegaban. Tras el descanso quisieron dar un paso más. Buscaban el primer gol, pero los madrileños no vendían cara su piel. Ajustaron líneas y comenzaban a dar sus primeros calambrazos. Gumbau volvía a fallar una de esas ocasiones que pocas veces se presentan. Remiro se hizo gigante, pero el centrocampista no direccionó su remate.

De Frutos y Camello electrocutan

Era el chispazo previo a la tormenta. Un soberbio Mumin rompió líneas en conducción y se la cedió a De Frutos, que reventó el esférico para sacar las telarañas. Las primeras sonrisas ya se dibujaban en el banquillo visitante. Una felicidad que erosionó minutos más tarde. Desde Francia el oro olímpico seguía muy vivo. Sergio Camello quiere romperla este curso y ya presenta condiciones para ello. El rockero castigaba otro error donostiarra y ampliaba aún más las diferencias. Los problemas para hacer goles parecían difuminarse.

No encontraban soluciones los locales. Y cuando la encontró ya fue tarde. En el 97′ Zubimendi invitó a soñar con un empate. Nunca llegó. Era demasiado tarde para intentar una reacción. La Franja asaltaba San Sebastián nueve años después de la última vez. Aún tiene mucho trabajo por delante Imanol Alguacil en una temporada que se dibuja con cierto retroceso después del crecimiento de las anteriores. El contador ya está en marcha. En Vallecas necesitaban un debut como este para dejar malos pensamientos de lado. En San Sebastián toca hacer mucha reflexión.

Imagen de portada: Juan Manuel Serrano Arce / Getty Images.

Por Miguel Ángel García; pueden seguirme en X @Miguelin_24_.

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