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Jaione Belza Guede·16 de febrero de 2018
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Jaione Belza Guede·16 de febrero de 2018
Barcelona y Chelsea se han medido en 15 ocasiones y el historial no podría ser más igualado. Ambos clubes cuentan con cinco empates, cinco funestas derrotas y cinco gloriosas victorias.
Como la que se vivió o mejor, se sufrió, la noche del 6 de mayo de 2009, fecha en la que se presenció una de las victorias más agónicas del equipo blaugrana en el bastión londinense. Aquella noche, Iniesta metió a su equipo a la final de la Champions League gracias a un gol inolvidable.
El propio jugador recuerda cómo actuó en esos instantes de locura: “Ahí no hay tiempo para pensar si le doy con el empeine de la bota, con el interior, con el exterior… Si piensas, no haces nada. Actúas por instinto, por puro instinto”
El partido se ha descrito desde entonces como uno de los encuentros peor arbitrados de la Liga de Campeones, una batalla campal plagada de faltas, manos y errores arbitrales. Sin embargo, la historia ya está escrita y ese partido pasó a formar parte de ella.
“Igual si hubiera chutado en el minuto 5, el tiro se hubiese ido a la segunda gradería, pero ese disparo tenía que entrar y entró por el único sitio posible. Chuté con toda mi alma”, confesó Iniesta en una entrevista con Mundo Deportivo.
El derechazo del de Fuentealbilla supuso el empate del Barcelona y el pase a la final de Roma contra el Manchester United, en donde acabaron levantando el trofeo y haciéndose con el triplete.