VIP Deportivo
·6 de enero de 2024
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El Getafe agua la fiesta del Espanyol y se clasifica para la siguiente ronda de la Copa con un gol en el 87′.
El Día de Reyes estaba siendo de lo más divertido en Cornellà. El Espanyol se había decidido a plantar cara a todo un Getafe y lo estaba logrando. Los blanquiazules fueron mejores durante todo el transcurso del choque y dispusieron de las oportunidades más claras. No obstante, ya en las postrimerías del tiempo reglamentario, Luis Milla mandó el balón al fondo de las mallas y selló la sufrida clasificación de los azulones a la siguiente ronda de la Copa del Rey.
Sorprendió el Espanyol nada más arrancar con una desacomplejada actitud. Con un juego ofensivo veloz, estuvo cerca del área de David Soria en varias ocasiones durante los primeros compases del duelo. Incluso Martin Braithwaite pudo haber avanzado a los pericos en un contragolpe acontecido en el 10′, pero Gastón Alvárez lo impidió prácticamente sobre la línea de gol.
Y eso que Bordalás no quiso arriesgarse en demasía y, aunque sí dejó en la banca a algún titularísimo, partió de inicio con los dos grandes baluartes de su Getafe, Mason Greenwood y Borja Mayoral, así como con otras piezas clave. Tampocó escatimó en recursos Luis Miguel Ramis, que escogió un once con bastantes de los habituales. Aunque, eso sí, el lateral izquierdo lo habitaba un zagal del filial, Ian Forns, de 18 años, que debutaba con el primer equipo.
Mientras en el horizonte empeza a decaer el Sol y a asomarse el atardecer, el partido se tornaba cada vez más igualado. Sin embargo, quien volvió a disponer de una clarísima fue el Espanyol. Esta vez, a merced de Jofre Carreras. El arquero azulón se estiró como pudo para evitar el tanto perico. Y lo logró. Ya acercándonos al descanso, y aunque la cabalgata de los Reyes ya pasó ayer por Cornellà, Mason Greenwood se cabalgó el flanco izquierdo para quedarse cerquísima de adelantar al Getafe.
El dominio del esférico fue tornándose azulón con el paso de los minutos. Los de Bordalás mejoraron, pero sus posesiones no devenían del todo venenosas y apenas lograban fisurar la zaga del equipo catalán. Los de Ramis, por su parte, seguían haciendo frente a los del sur de Madrid, con ataques más rápidos y con más fluidez ofensiva. Y, con todo, los 22 protagonistas enfilaron el túnel de vestuarios en el descanso con el mismo resultado con el que esto arrancó, 0-0.
Aunque en los primeros minutos del segundo tramo era el Getafe quien trasmitía mayor sensación de peligro, el guion se mantuvo inmóvil. Salió de nuevo el Espanyol valiente y a los visitantes se les atascaban los ataques. Con todo, la igualdad se ratificó como tónica dominante y en esos instantes se antojaba impredecible vaticinar un vencedor. Podía pasar de todo.
Aunque para nada estaba siendo un partido atascado, las ocasiones de peligro brillaban por su ausencia. Mucho ritmo en el centro del campo, pero en las áreas, nadie era capaz de ser determinante. Lo que era evidente es que la parroquia perica estaba satisfecha con su equipo, porque las ovaciones eran habituales.
El Espanyol se estaba portando bien, mucho, pero, al final, los Reyes le trajeron carbón. En el 87′, quizá cuando más merecía el gol el elenco catalán, Luis Milla derramó un jarro de agua fría sobre el Stage Front Stadium y adelantó al Getafe. Ese tardío gol terminó siendo el definitivo y el electrónico ya no se movió más.
Imagen principal vía: Twitter RCDE
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