El Real Unión prescinde de Iñigo Idiakez | OneFootball

El conjunto irundarra ha comunicado la decisión de cesar a su entrenador Iñigo Idiakez, con el objetivo de cortar la mala racha de resultados que atraviesa el equipo y que les ha acercado de manera peligrosa a la zona roja de la clasificación. Idiakez se ve obligado a abandonar el cargo, al igual que su ayudante Raúl Pérez y el preparador físico Joan Casanova. Desde la cúpula del Real Unión, agradecen la profesionalidad mostrada por el cuerpo técnico saliente, deseándoles la mayor de las suertes en sus próximos proyectos a la vez que se afanan por buscar un sustituto, capaz de revertir la acuciante situación clasificatoria que padecen los fronterizos.

Demasiado tiempo sin ganar

La última victoria irundarra se dio hace nueve jornadas, fue a finales de enero ante el Tarazona. Los Emery demostraron paciencia y confianza en el proyecto de Idiakez y el desempeño de su equipo de trabajo. Pero el empate ante la S.D. Logroñés y la reciente derrota frente al Teruel, dos equipos de la zona baja de la clasificación, han sido las gotas que han colmado el vaso.

Iñigo Idiakez llegó a Irún en sustitución del preparador gallego Fran Justo, con el objetivo de remontar el vuelo de un equipo construido para pelear por el ascenso, pero que tras un buen comienzo de competición, en cuanto se torció la dinámica ganadora prescindieron del estratega orensano.

La llegada de Iñigo fue encuadrada en un plan estratégico dentro de los acuerdos de colaboración entre el Real Unión y el V Group, propietarios del Aston Vila. Pero tras solo trece partidos al frente, la situación deportiva se estaba volviendo insostenible y ha habido que tomar la siempre difícil decisión de destituir al entrenador.

Los números de Iñigo Idiakez en este tiempo se resumen en dos victorias, seis empates y cinco derrotas. Doce puntos de treinta y nueve posibles, que evidentemente no han servido para remontar posiciones, sino todo lo contrario.

De momento, no han salido a la palestra, los posibles candidatos a ocupar el banquillo del Gal Stadium. Una plaza siempre difícil, pero por otra parte muy apetecible, por la dilatada historia de uno de los clubes con mayor solera del balompié guipuzcoano.