
lavidaenrojiblanco.com
·7 de abril de 2025
Esperanza de último minuto

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Tras el hundimiento definitivo en la Copa llegaba el Pizjuán, un estadio otrora complicado, y ahora, debilitados en su propia guerra interna, no tanto. Llega el Atleti con el ánimo por los suelos, y con las bajas de Paul y Correa por sanción. Formó Simeone con defensa de cuatro poniendo a Nahuel y Azpilicueta en los laterales y llevando a Llorente al medio, que junto a Gallagher, Barrios y Giuliano dejaban la punta de ataque a Griezmann y Julián.
A los siete minutos de partido, Agoumé colocó con el interior del pie derecho un rechace que cayó a la frontal, en la que solo estaba él, lo hizo fuerte y de primera, y entre una gran maraña de jugadores, Oblak solo pudo ver el balón cuando ya estaba en la red. El ímpetu local culminaba en el gol, pero estaba ya en cada balón dividido, en cada disputa, en la que el Atleti parecía lo que tal vez era, un equipo apocado y timorato, incapaz de sobreponerse a la adversidad. Barrios, Llorente, Gallagher, Julián, unos pocos nombres trataban de sostener el tinglado, de mantener vivo el partido ante la inoperancia de Griezmann o el desastre de Nahuel en el lateral. En una internada del inglés en el área, en el minuto 25, vino el gol que dio el empate y empezó a vislumbrar un partido nuevo. El Atleti trasladó la incertidumbre y el miedo al rival, y poco a poco, fue armándose, hasta que llegó el descanso.
SEVILLE, SPAIN – APRIL 06: Pablo Barrios of Atletico de Madrid scores his team’s second goal during the LaLiga match between Sevilla FC and Atletico de Madrid at Estadio Ramon Sanchez Pizjuan on April 06, 2025 in Seville, Spain. (Photo by Fran Santiago/Getty Images)
En la segunda mitad, Molina, cuyo infame partido merecería un capítulo aparte, se quedó en el vestuario. Lo sustituyó Javi Galán, lo que llevó a Azpilicueta durante diez minutos al lateral derecho. En el cincuenta y cinco entraron Koke y Sorloth por un errático Griezmann y también por Azpilicueta. Hubo nueva reestructuración: Llorente al lateral, Griezmann al medio, Julián cayendo con libertad por detrás de Sorloth. Ahí el equipo mejoró considerablemente, Koke aportó claridad en el pase, el tempo que necesitaba el partido. El Sevilla fue un equipo que empezaba a quebrarse, a dejar espacios entre líneas, a no volver tan rápido cuando salía, y el Atleti aprovechó eso a la perfección comandado por su capitán y leyenda. Sin ocasiones claras, había un dominio absoluto y la sensación de que el gol llegaría, de que el partido estaba por resolverse de la parte rojiblanca. La tuvo Gallagher en una contra que no supo finalizar bien. Simeone metió a Riquelme y Lemar acometer el asalto definitivo, pero fue Pablo Barrios, con una conducción desde el centro del campo, batiendo rivales, y ajustando un disparo de zurda desde la frontal, quien consiguió la victoria postrera y los tres puntos.
Hay quien piensa que un pleno de victorias todavía podría dar el título, recuerden que el fútbol no es más que una nueva ilusión a la que agarrarse y así, en Sevilla estuvo la primera. Lo único cierto es que el Atleti no debería despegarse de su mantra, ahora más que nunca. Valladolid.