VIP Deportivo
·7 de agosto de 2020
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·7 de agosto de 2020
Hoy es turno de poner a este joven nipón en el punto de mira. Hiroki Abe, original de Japón y de apenas 21 años, posee uno de los talentos más brillantes del continente asiático. Ya llegado al club catalán, ¿Podrá hacer frente a las expectativas y conseguir en el Barcelona una remarcable carrera?
El idilio japonés con el fútbol viene ya de largo. A pesar de que, desde mitades del siglo pasado, el pasatiempos deportivo preferido para los nipones era el béisbol, el fútbol fue ganando terreno.
Actualmente, y sobre todo tras los mundiales celebrados en esta nación, se ha convertido en el deporte más visto en la isla. Por ende, las mejoras tanto en el persona, como a nivel de futbolistas e infraestructuras han sufrido importantes mejoras. El país del Sol Naciente lo está haciendo muy bien, dando pasos agigantados para introducir su marca futbolista en las mayores potencias de clubes a nivel mundial. Un claro ejemplo, Hiroki Abe, recientemente descubierto y fichado por la directiva del Barcelona por un millón de euros procedente del Kashima Antlers.
Pese a haber nacido en 1999, el joven futbolista asiático ha deslumbrado en las categorias inferiores de la selección nacional y a nivel escolar. Sus continuas apariciones en partidos importantes le han llevado a ser uno de los jugadores más reconocidos del panorama nacional, originándose así una esfera de expectación en su entorno.
Hiroki se incorporó al Kashima Antlers en 2017 y en siguiente campaña fue ya elegido como el mejor jugador joven de su país. A nivel de selecciones, debutó con la absoluta en un partido contra Chile en la Copa América.
Su ímpetu con el balón y su calidad son de sus mejores atributos en el césped. Estás características, sumadas a su versatilidad, pues puede jugar desde el mediocampo hasta el tercio más ofensivo, han llamado la atención del fútbol occidental. Así es como el Barcelona apostó por él, y le brindó una oportunidad de hacerse valer en su equipo B.
A día de hoy, es considerado como una pieza básica en Japón de cara a los Juegos Olímpicos de 2020 en Tokio. Los más de 80 partidos con el Kashima y los 20 en Segunda División B le han brindado tiempo de juego, muy necesario cuando los futbolistas aún son jóvenes. A más oportunidades, más podrán progresar, y Abe tiene ese talento interior aún por explotar.
Cierto es que aún es temprano para afirmar su consolidación de estrella, pero el joven nipón ya apunta a maneras. Como ya se comentó previamente, se desenvuelve a lo largo del mediocampo y podría desempeñar las funciones a nivel ofensivo. Velocidad, desparpajo, técnica y desequilibrio son tres términos que le definen a la perfección.
Se trata de un futbolista fino, que utiliza a la perfección su talento con el balón en los pies para compensar su falta de físico. Su visión privilegiada también le ayuda a buscar continuamente el último pase y atacar los espacios cuando carece de la pelota. Al igual que los grandes jugadores del equipo catalán en la historia, Abe está capacitado para recibir de espaldas, asociarse con sus compañeros o hasta desbordar si se le dan unos metros.
Aunque su fortaleza mental, debido a su corta edad, le pase bastante factura, lo da todo en el campo. Desde el pitido inicial hasta el final va a dejarse el alma en el campo, algo que le encanta tanto a jugadores como a entrenadores. Para añadir, esporádicamente deja filigranas para la galería, lo que denota la depurada técnica y la indescriptible calidad del joven asiático.
Así es Hiroki Abe, una apuesta de futuro del club blaugrana. Una perla con rebosante calidad, a raudales. Sin embargo, como cualquier piedra preciosa, aún le faltan aspectos por pulir: el físico y el juego por alto. No obstante, todo apunta a que su nombre dará mucho que hablar en un futuro próximo.