Informa Fútbol
·20 de mayo de 2021
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·20 de mayo de 2021
Víctor Moses, polivalente jugador de la banda derecha nacido en Kaduna, Nigeria, es conocido por su paso por la Premier League donde ha jugado en varios clubes, buena parte de ellos en calidad de cedido, pues su ficha pertenece actualmente al Chelsea FC. Sin embargo, su historia de vida para llegar al lugar que ha alcanzado dentro del fútbol internacional y de la selección de su país, tal vez sea conocida por pocos.
Cuando Moses contaba con apenas 11 años, en su país, Nigeria, se decretó la llamada Ley Islámica, y con ello todos los que no se plegaran a sus normativas corrían peligro. La familia de Víctor disfrutaba de una posición social importante, y su padre era pastor protestante en una iglesia de la ciudad nigeriana que le vio nacer, Kudana, al norte del país.
En aquel entonces, el joven nigeriano jugaba al fútbol en las tardes con sus amigos hasta que su padre le llamaba para que fuese a hacer sus tareas. Así solía ser hasta que, un día, quien llegó a buscarle no fue su padre, sino su tío, pero para darle una terrible noticia: sus padres habían sido asesinados en su propio hogar por los musulmanes, y él debía escapar del país para poder sobrevivir. Víctor se mantuvo oculto un par de días y después salió con rumbo al Reino Unido. Esa es la razón por la que sus goles los dedica al cielo en honor a ellos.
Después de instalarse en una casa de acogida ubicada en Croydon, ciudad ubicada en el sur de Londres, comenzó a jugar al fútbol amateur en la Liga Tandridge para un equipo llamado Cosmos 90 FC, donde llamó la atención de todos y ya se sospechaba que tenía las suficientes cualidades como para convertirse en profesional. Su técnico en ese entonces, Tony Loizi, en declaraciones a Goal, señalaba: “Era como Gareth Bale cuando juega con Gales. Sin Bale, Gales es un equipo ordinario, normal, y sin Moses el Cosmos 90 FC era peor de lo normal”.
A los 14 años, Víctor firmó con el Crystal Palace, y el equipo le ayudó colocándolo en una escuela privada llamada Whitgift, con quienes logró anotar cinco goles en la final de la FA Youth Cup, que se saldó con victoria sobre la escuela de Grimsby. Posteriormente, a los 16 años, hizo su debut profesional, pero no quería estar en el banquillo así que, después de algo más de dos temporadas, decidió firmar por el Wigan, donde brilló teniendo como entrenador al actual seleccionador de Bélgica, Roberto Martínez.
Ese desempeño mostrado, le llevó a firmar por el Chelsea cuando contaba con apenas 21 años de edad, a cambio de unos 12 millones de euros. Sin embargo, no llegó a tener continuidad dentro del equipo y ha sido cedido en varias oportunidades desde su fichaje: Liverpool, Stoke City, West Ham, Fenerbahce, Inter de Milán y, actualmente, el Spartak de Moscú, han formado parte de su largo periplo. En algún momento, su compañero y compatriota, Obi Mikel, comentó que cada vez que salía en una cesión le decía: “¿A dónde vas? […] Quiero decir que siempre te vas cedido pero, ¿por qué? Quédate aquí y pelea, eres un buen jugador, un joven, rápido y fuerte ¿Por qué siempre huyes de este club?”
Es cierto también que, a nivel global, Moses presenta unos números que muchos quisieran tener en sus estadísticas. Con 30 años de edad, ya acumula 25.442 minutos en 413 encuentros, agregando 55 goles y 50 asistencias, aparte de una Premier League y una FA Cup con el Chelsea. Todo esto sin contar con sus participaciones y éxitos con la selección de su país natal, con quien conquistó la Copa Africana de Naciones en el año 2013, formando parte del equipo ideal del torneo, junto al mismo jugador que le increpaba a quedarse y pelear en el Chelsea, Obi Mikel.
Tal vez sea un poco osado atribuirle a la tragedia que le toco vivir siendo apenas un niño, esa supuesta inestabilidad que le impedía consolidarse en un equipo, o tal vez sea producto de alguna otra característica personal de Moses. Sin embargo, lo cierto del caso es que a pesar de ello, el nigeriano ha logrado llevar una carrera importante en el mundo del fútbol. Probablemente esa carrera hubiese podido disponer de una mayor cantidad de títulos, o logros individuales, de haberle hecho caso a Mikel, pero como quiera que sea, el hecho de que haya podido superar la tragedia que le tocó vivir siendo apenas un niño, tener una carrera en el deporte, y mantenerse alejado de las malas influencias, sea su mayor logro y no habría objetivo deportivo capaz de acercarse a tamaña hazaña de vida.
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