OneFootball
Alejandro Diago·22 de marzo de 2018
OneFootball
Alejandro Diago·22 de marzo de 2018
La final de la Copa del Mundo de Sudáfrica en 2010 tuvo una asistencia de 84.000 personas. Una cifra que vio cómo Andrés Iniesta detuvo el tiempo.
11 de julio de 2010. Soccer City de Johannesburgo. Minuto 116 de partido. Fernando Torres empieza la jugada. Iniesta se desmarca. Un rechace de Holanda. La recoge Cesc. Centro buscando a Iniesta. Sólo ante Stekelenburg. Gol.
El tiempo se paró en ese momento en el Soccer City de Johannesburgo. Iniesta hizo que toda España gritara gol y se levantara de su asiento para gritar más fuerte que nunca. España se adelantó y acabó levantando la Copa del Mundo.
Nadie había podido soñar un final tan de película. Y menos el propio Andrés Iniesta, que venía de una lesión que no le había permitido rendir durante la temporada al nivel que había deseado.
A los problemas físicos, se unía también el recuerdo a un amigo muy querido: Dani Jarque. El jugador del Espanyol había muerto súbitamente antes de comenzar la temporada y Andrés lo sintió profundamente en el alma.
Por ello vino ese grito, esa rabia contenida durante toda una temporada que no había salido como esperaba y en la que tuvo que hacer de tripas corazón para rendir al máximo en Sudáfrica. Un gol. EL GOL.
Instagram: @onefootball_es Facebook: onefootball.es Twitter: @onefootballES