La primera gran noche del «nuevo fútbol patxarán» | OneFootball

Anoche, CA Osasuna goleó por cuatro goles a dos al FC Barcelona. El Sadar volvió a ser el de las grandes ocasiones y la respuesta de los jugadores en el verde fue inmejorable. La visita del líder invicto era la mayor prueba hasta ahora para los navarros y era una vara perfecta para medir el momento, el empaque y la capacidad del equipo. Esa prueba de fuego se aprobó con matrícula de honor y todo ello es gracias a un nombre: Vicente Moreno.

La sombra de Jagoba Arrasate, desde el momento en el que se despidió de toda la afición rojilla, ha sido muy alargada. El actual entrenador del Mallorca fue más que un líder táctico en Pamplona; fue el guía de toda una ciudad, el abanderado de una bandera que volvió a ondear en primera división de su mano, la «estrella del equipo» en cada una de las seis temporadas que dirigió a Osasuna. Pero, desde ayer y ya con claros síntomas desde el inicio de liga, esa sombra se ha difuminado.

La realidad es que Osasuna, en jugadores y en aficionados, necesitaba una noche así. El propio Vicente Moreno la necesitaba. Ayer fue su carta de presentación perfecta y su gran declaración de intenciones: No solo Osasuna no va a pelear por no descender, como muchos vaticinaban tras la marcha de Jagoba, sino que quiere pelear por esos objetivos que ya acarició con los dedos en el pasado, en forma de finales o de play-off. Sabe que está en su mano y, con noches así, es mucho más fácil remar todos juntos hacia una misma dirección.

La ilusión se ha instaurado en Pamplona y este Osasuna, renovado en nombre pero no en forma, tiene la capacidad de volver a enganchar a toda la ciudad, justo en el momento en el que se ha quedado «huérfana». En su lugar, ha llegado un «padrastro» que está cuidando el proyecto de la mejor manera que sabe y que al que el tiempo y el trabajo diario le están ayudando a partes iguales, disipando dudas día tras día.

Las derrotas inesperadas, el mal juego y los malos días volverán; es inevitable y, de hecho, de eso trata Osasuna. La cuestión es que, cuando lo hagan, no caiga por completo el castillo de naipes que conforma el proyecto rojillo, sino que se consiga corregir el error en cuestión y, de la mano, todos los componentes del club tiren del carro en la misma dirección.

Larga vida al «viejo fútbol patxarán», al «nuevo fútbol patxarán», a Jagoba Arrasate y a Vicente Moreno. Y, por encima de todo, larga vida al Club Atlético Osasuna, por encima de todo.

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