Lamine revive a un Barça que se jugará el pase a la final en el Giuseppe Meaza | OneFootball

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·2 de mayo de 2025

Lamine revive a un Barça que se jugará el pase a la final en el Giuseppe Meaza

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Una exhibición de la perla, en el momento más crítico del Barcelona esta temporada, deja todo abierto para la vuelta en Milán

Montjuic vivió su primera gran noche de Champions

Un Montjuic vestido de gala acogió el primer enfrentamiento de la semifinal de la UEFA Champions League entre el FC Barcelona y el Inter de Milán. Seis años tuvo que esperar la ciudad condal para volver a ver a su equipo a tres partidos de levantar la orejona. Desde aquella fatídica eliminatoria en la que se vio las caras con el Liverpool. Más de un lustro después, el contexto es totalmente diferente, y de aquella plantilla, solamente Marc André Ter-Stegen continúa en las filas azulgranas.

Este Barça es un equipo rejuvenecido, lleno de ilusión y energía, y que, además, juega al fútbol de una manera atrevida, valiente y atractiva. No por ser el partido de ida de una eliminatoria a 180 minutos el Barça de Flick iba a dejar de ser el equipo que ha demostrado ser. Más allá de tratarse de una eliminatoria a ida y vuelta, el conjunto blaugrana no cambió su idea de juego, apretó la salida de balón rival, tiró la línea defensiva arriba y arriesgó, hasta el punto de casi echar al traste el partido en los minutos finales. Pero Hansi sus jugadores son fieles a sus principios y a su modo de entender el juego. Si tienen que morir, que sea matando. Si tienen que jugar, que sea sin especular con el resultado.


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El Inter penalizó la desconexión inicial blaugrana

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El técnico alemán dispuso del mismo once de inicio que había conseguido vencer al Madrid en la final de la Copa del Rey. Gerard Martín ocupó el lateral izquierdo con la ausencia de Alejandro Balde, que se espera que esté disponible para la vuelta. Dani Olmo entró de inicio en la mediapunta y Ferrán Torres fue el 9 titular, aprovechando la baja de Robert Lewandowski. El que casi se cae del 11 fue Lamine Yamal, que dejó en vilo a la afición culé tras retirarse del calentamiento a causa de unas molestias en el isquiotibial.

Un minuto tardó el Inter en recordar al Barça el gran equipo que es y por qué está en semifinales. Dumfries puso un centro al área que remató de tacón Marcus Thuram a la red. Los de Inzaghi tiraron la puerta abajo sin ni siquiera haber llamado antes para avisar. La primera ocasión que tuvieron la materializaron, y el Barça empezó el partido a remolque y contra el equipo menos goleado de la Champions.

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No era la primera vez que los de Flick se veían por debajo a las primeras de cambio esta temporada, sino que el equipo ya había demostrado en numerosas ocasiones que podía reponerse a cualquier revés. La afición culé respondió al gol animando a los suyos, que no tardaron en crecer a partir del balón. Casi de manera automática, el gol visitante llevó al combinado azulgrana a tener la posesión y al club milanés a atrasar al máximo su línea defensiva. Ferrán Torres se quedó a escasos centímetros de ver portería hasta en dos ocasiones en los primeros 15 minutos, tras dos balones muertos en el área que se marcharon desviados por muy poco. Sin embargo, tras un córner visitante, llegó el segundo gol interista. Dumfries batió a Szczesny con una tijera increíble. El Barça sufrió dos golpes en escasos 20 minutos.

Lamine demostró ser un elegido

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Con un 0-2 en contra, una fragilidad defensiva evidente, un bloque rival muy bajo y pocos huecos entre líneas, los aficionados del Barça vieron el abismo. Por suerte para ellos, las molestias del calentamiento Lamine Yamal se habían quedado en eso, en molestias. Ante una situación tan adversa, la única manera de reponerse es con personalidad. El Barça no se hizo pequeño, sino que sacó todo su orgullo, como también hizo Lamine.

El extremo levantó la mano y se adueñó del partido. A los tres minutos, caracoleó en el la frontal del área, se llevó a dos defensas rivales y puso el balón, con mimo, en el palo largo; 1-2 en el marcador. Dos minutos después, otra jugada individual volvió a hacer pedazos el entramado defensivo nerazzurri. Lamine pisó la línea de fondo, recortó y dejó sentado a Dimarco, pero solamente Sommer y el travesaño lo separaron de un gol antológico. Lamine Yamal acababa de convertir la desilusión y el hundimiento tras el 0-2 en éxtasis, optimismo y disfrute. Y todo eso en cinco minutos.

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A partir de ahí, los de Flick siguieron viviendo en campo contrario. Íñigo Martínez y Cubarsí lideraban una defensa instaurada en la línea divisoria, Pedri recuperaba balones por doquier y, Lamine, seguía intentando trucos como si estuviese jugando en el parque de Mataró. El balón apenas le duraba a los de Inzaghi a causa de la elevada presión culé, que dejaba a su espalda muchos metros con el peligro de que el Inter les hiciese daño al contragolpe. El Barça asumió ese riesgo, como lleva haciendo toda la temporada, y encontró el premio. Pedri encontró con un balón largo la cabeza de un Raphinha que regaló el empate a Ferrán Torres. El Barça estaba siendo superior, estaba disfrutando y haciendo disfrutar a su afición, pero no pudo pasar del empate al descanso.

Una segunda parte más pareja

Filippo Inzaghi cambió la mentalidad de los suyos en el entetiempo y, a la vuelta del túnel de vestuarios, el Inter mejoró. El balón ya no le duraba tanto a los de Flick, el Inter había adelantado sus líneas y estaba más activado en la recuperación del balón. Esta vez se estaba jugando más en el propio campo del Barça.

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A media hora del final, y de nuevo tras un córner en el que Szczesny no estuvo acertado, Dumfries volvió a poner por delante al cuadro nerazzurri. Al Barça le tocaba volver a remar. Y así lo hizo. Como viene demostrando durante toda la temporada, y como demostró durante el primer tiempo del propio partido, el combinado azulgrana sabe como devolver los golpes. Un minuto después del tanto de Dumfries, un disparo potentísimo de Raphinha tras una jugada ensayada desde el córner supuso el 3-3. Pedri puso un balón a la frontal que Lamine dejó pasar para el remate de Raphinha, que se estrelló en el larguero y acabó dentro de la portería rival tras rebotar en la espalda de Sommer.

El Barça volvió a crecerse. Sin embargo, casi paga caro el exceso de ímpetu y ambición. La suma del cansancio y la presión alta tuvieron como resultado que las contras del Inter esta vez si fuesen peligrosas. Tanto es así que en el 75 Mkhitaryan volvió a poner al Inter por un segundo, ya que el tanto fue anulado por un milimétrico fuera de juego.

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En el último tramo, el Barça fue fiel a lo que lleva haciendo toda la temporada. No dejó de buscar el gol de la victoria, con el peligro que conllevaba jugar con los diez jugadores de campo en terreno rival. A tres minutos del 90, el larguero volvió a negarle la gloria a Lamine Yamal, y a separarle de otro gol de bandera.

Los de Flick lo intentaron de todas las maneras pero no pudieron pasar del empate. El Inter, por su parte, se lleva un valiosísimo resultado para la vuelta. El Barça tendrá que vencer la semana que viene en el Giuseppe Meazza si quiere estar en la final, en el Allianz Arena, el 31 de mayo.

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