REVISTA PANENKA
·2 de julio de 2020
REVISTA PANENKA
·2 de julio de 2020
«Has pensado alguna vez en la muerte? Sí. A veces. ¿Y tú? Sí. A veces. ¿Crees que existe un cielo? Sí. ¿Tú no? No lo sé. Quizá sí. ¿Crees que puedes creer en el cielo si no crees en el infierno? Creo que puedes creer lo que quieras» Todos los hermosos caballos (1992), de Cormac McCarthy El 12 de mayo del 2018 el legendario reloj del Volksparkstadion de Hamburgo se detuvo tras 54 años, 261 días y 36 minutos de exitoso funcionamiento. Desde la creación de la Bundesliga en el 1963, el Hamburgo había sido el único club presente en todas y cada una de las 55 temporadas disputadas del campeonato alemán. La racha acabó hace poco más de dos años, cuando ‘El Dinosaurio’ descendió a la segunda división alemana. La entidad hanseática conoció el infierno. Un infierno del que han intentado escapar en dos ocasiones y les ha cerrado la puerta en las narices en ambas. Un punto. Un mísero punto de diferencia con el tercer clasificado en las temporadas 2018-19 y 2019-20. El domingo pasado el Hamburgo alargó su condena en la 2. Bundesliga tras recibir un contundente 1-5 del SV Sandhausen, el decimosegundo clasificado. No aprovecharon el simultáneo tropiezo del FC Heidenheim por 3-0 frente al líder, el Arminia Bielefeld, para obtener al menos un empate que le permitiera disputar la promoción de ascenso contra el histórico Werder Bremen. Finalmente, será el propio Heidenheim quien disputará el play-off, el equipo que les robó la tercera plaza en la penúltima jornada tras remontarles un 0-1 en los últimos diez minutos. Gol en el minuto 95 y 2-1. «Hemos estado en ciertas situaciones cometiendo errores en jugadas que eran demasiado simples, esto hizo que para los oponentes fuera fácil anotar. Ese ha sido el caso durante las últimas semanas», se lamentó el exfutbolista y actual entrenador, Dieter Hecking, tras finalizar la liga frente al Sandhausen. Después de estar durante 30 de las 34 jornadas en posiciones de ascenso, el Hamburgo volvió a desaprovechar la oportunidad. Tan solo tres victorias en los últimos 13 partidos han condenado al club a seguir otro año en la división de plata. Este es el último capítulo de una historia dramática que parece no tener fin. El hexacampeón alemán y ganador de la Copa de Europa en el 1983 logró salvar la categoría ‘in extremis’ en las temporadas 2013-14 y 2014-15 en el play-off PUBLICIDAD El club hanseático rechazó en el 2008 el fichaje de un tal Jürgen Klopp como entrenador por su ‘aspecto desaliñado’. Sin duda, estuvieron muy acertados los directivos de la entidad. Desde el 2010, el Hamburgo ha cambiado 18 veces de entrenador, dando lugar a una inestabilidad que les condenó a luchar curso tras curso por no descender de la Bundesliga. El hexacampeón alemán y ganador de la Copa de Europa en el 1983 logró salvar la categoría ‘in extremis’ en las temporadas 2013-14 y 2014-15 en el play-off. Finalmente, el desastre se consumaría en la 2017-18. «Hemos estado en modo de crisis permanente durante años», afirmó Bernd Hoffmann, quien fue presidente en dos etapas diferentes durante este siglo. Los fichajes decepcionantes y la poca continuidad de los entrenadores sumieron a la entidad en una inestabilidad deportiva que se trasladó al aspecto económico. Jugadores como Filip Kostić, Bobby Wood o Nicolai Müller formaron parte del conjunto dirigido por Christian Titz que acabaría naufragando el 12 de mayo de 2018 frente a unos 57.000 espectadores en un Volksparkstadion a reventar. El Hamburgo ganó cuatro de los últimos seis partidos en aquella campaña, incluido el último frente al Borussia Mönchengladbach. Un 2-1 en el que Aaron Hunt abrió la lata. Precisamente, sería el capitán Hunt el autor del único tanto dos años más tarde frente al Sandhausen. «El principio es el final y el final es el principio», dicen en la serie alemana Dark. Aun así, aquella victoria no fue suficiente, pues el Wolfsburgo, quien acabaría disputando la promoción, vapuleó al también descendido Colonia por 4-1. Mientras tanto, en el Volksparkstadion algunos de los hinchas lanzaron botes de humo y bengalas al terreno de juego y el colegiado, Felix Brych, tuvo que detener el fatal desenlace durante 17 minutos. Un baño de lágrimas inundó Hamburgo. Bernd Hoffmann, expresidente del Hamburgo: «Mirar constantemente por el retrovisor no nos ayuda» Las puertas del infierno se abrían para ‘El Dinosaurio’. El propio Bernd Hoffmann, presidente en aquel momento, comentó en Bild que querían «mirar hacia el futuro. Mirar constantemente por el retrovisor no nos ayuda». Uno de los cambios que sufrió el club fue la retirada del legendario reloj del Volksparkstadion el verano pasado, que contabilizaba el tiempo transcurrido desde su primera temporada en Bundesliga. Fue sustituido por una placa con las coordenadas del estadio. La primera temporada en la división de plata alemana empezó con buen pie. El Hamburgo estuvo 26 jornadas en posiciones de ascenso, pero una sola victoria en los últimos nueve encuentros les impidió regresar a la máxima categoría. Dos de los cuatro partidos antes de finalizar el campeonato fueron frente a dos rivales directos: Unión Berlín y Paderborn. Perdieron ambos y quedaron cuartos con 56 puntos, uno menos que dichos equipos. Además, ese verano perdieron a una de sus mayores promesas, Jann-Fiete Arp, quien se marchó al gigante bávaro, el Bayern de Múnich. Esta última temporada la historia se ha repetido. Sin embargo, el actual presidente y exfutbolista de la entidad, Marcell Jansen, quiere construir un proyecto estable y darle continuidad. Algo que ha faltado en estos últimos años marcados por el cortoplacismo. «El Hamburgo sigue siendo un gran club, incluso si las cosas salieron mal por segunda vez. Tenemos que ponernos las botas. Hemos tenido las mejores cartas durante mucho tiempo», expresó hace pocos días Dieter Hecking, quien tiene muchos números de seguir al mando del equipo la próxima campaña. ‘El Dinosaurio’ tendrá que pelear otro año más en la segunda división alemana. Veremos si a la tercera va la vencida y logra por fin despejar los demonios que acechan el Volksparkstadion desde hace tiempo. El reloj ya no está, pero el Hamburgo sigue siendo uno de los grandes clubes germanos de la historia. La falta de concentración en momentos clave le ha pasado factura. Los hanseáticos han desaprovechado grandes oportunidades de regresar a su hábitat natural, pero volverán a luchar por salir del infierno. Y si quieren creer en algo, que sea en ellos mismos. SUSCRÍBETE A LA REVISTA PANENKA Fotografía de Getty Images.