La Número 12
·27 de abril de 2025
Los puntajes de Boca en la derrota por 2 a 1 ante River

La Número 12
·27 de abril de 2025
El análisis del rendimiento individual de los jugadores de Boca en la derrota por 2 a 1 ante River en el Monumental. Una derrota muy dura que pone dudas en todo lo construido.
Una derrota dolorosa. El equipo de Gago jugó un pésimo partido y cayó ante un River que no venía denotando buen futbol. Pese a la caída, el Xeneize sigue en lo más alto del certamen.
No tuvo responsabilidad directa en los goles, aunque se confió demasiado en el primer gol.
Desde el inicio lo único que pareció buscar fue pelea para ganarse la tarjeta, la cual se ganó recién en la segunda parte. En ofensiva no aportó nada y defensivamente sufrió en cada uno de los ataques del Millonario. Regaló una pelota increíble en la última chance del encuentro.
Se lo compró por su gran rendimiento como libero en el Mineiro que jugaba con línea de tres defensores. Hoy, con ese mismo esquema, el entrenador apostó por utilizarlo por derecha en lugar de por el medio como él está acostumbrado a jugar. Le costó un poco, porque se nota que la posición no le es cómoda. Se aprovecharía mejor jugando en la mitad de la cancha.
Otro que pareció más centrado en pelearse que en jugar. El capitán de Boca buscó durante toda la primera parte la amarilla que finalmente llegó en una falta a destiempo sobre el 30 de River, que en esa misma jugada abrió el marcador de tiro libre. Luego, falló el cálculo del cabezazo que terminó en gol de Driuss. Venía de un rendimiento aceptable, pero desaprobó nuevamente en un partido importante como el de esta tarde en el Monumental. Fin de ciclo.
Pese a demostrar un gran nivel en la primera parte del año, perdió su lugar por la vuelta del capitán Xeneize. Hoy, volvió a la titularidad y evidenció que está mucho mejor desde lo físico y lo futbolístico que su compañero zurdo de la zaga. Sin sobresalir, ya que sufrió en algunos ataques por su sector, fue el que más puso y el más merecedor de ser titular en este equipo.
En la previa, el esquema con cinco en el fondo denotaba que sus centros iban a ser, quizás, una de las pocas armas del Xeneize en ataque. No fue tan así, porque el equipo sufrió en el intento de llegar al arco de Armani, pero un gran pelotazo a espaldas de Pezzela encontró a Merentiel para el empate transitorio del equipo. Salió del campo, siendo de los mejorcitos.
Venía en levantada, pese a no entenderse bien del todo cuál era el rol que ocupaba jugando al lado de Milton. Hoy desaprobó por completo y esas incógnitas sobre su posición crecieron. No estuvo fino en lo defensivo, se ganó una amarilla rápido y no aportó nada ofensivamente.
Quizás, el mejor futbolista del Xeneize esta tarde. El chico fue uno de los pocos jugadores que estuvieron a la altura de un partido de tal magnitud. Recuperó mucho y jugó siempre que se dio la oportunidad para adelante. Aún con algunos errores, demostró la calidad que posee.
Sin dudas intentó y eso no se puede criticar, el problema es que no alcanza con eso solo. Hoy tuvo mucho la pelota y nada que haya pasado por sus pies terminó en algo peligroso. Tuvo una chance buenísima en la primera parte que increíblemente desaprovechó perdiendo en un duelo ante un Enzo Pérez de 39 años. Como creador, se limitó a pasarla para los costados y a buscar a los atacantes con pelotas complicadas en lugar de jugar con mayor simpleza.
La gran decepción de la tarde. Empezó la jornada haciendo gestos al público rival para más tarde esconderse a la hora de hacerse cargo del equipo. Jugó lejísimos del arco rival y cada vez que entró en acción con la pelota, decidió mal o jugó de forma complicada sin sentido.
Sufrió excesivamente por culpa del esquema y la mentalidad defensiva con la que el técnico decidió salir a la cancha. Pese a eso, aprovechó el único error que tuvo el local en el fondo, y puso el empate transitorio. No le volvió a llegar la pelota limpia nunca más en el encuentro.
Jugó apenas poco menos de media hora por culpa de los tardíos cambios del entrenador, pero tuvo una chance clarísima que erró increíblemente. En el mano a mano, tampoco se pudo sacar a ningún rival de encima. Su rendimiento y su situación preocupa, ya que pasó de ser uno de los futbolistas que más jugaban a tener pocos minutos, y a no aprovecharlos.
Fueron cambios posicionales con el afán de buscar la victoria. No aportaron nada al juego.
Lamentablemente, el entrenador Xeneize demostró para lo que esta su equipo. Un Boca sin alma, que solamente puede sacar adelante partidos sin presión alguna y sin nada en juego. Las seis victorias en siete partidos desde la eliminación de la Libertadores, que parecían dar un rumbo al equipo de cara a un proyecto a largo plazo, de poco sirven si ante el primer rival de nombre que se te cruza haces agua. Hoy su equipo tenía que dar la talla y falló, otra vez.
Hoy improvisó con una línea de cinco defensores, sin trabajar, cuando el esquema que venía utilizando previamente le había dado resultados y lo había posicionado en la cima del grupo A. Para colmo, lo peor no es errarle a una cuestión táctica, sino mantenerla hasta el final, sin modificarla como si una cuestión de honor se tratase por morir con la suya. Más preocupan sus palabras, echándole la culpa al arbitraje y explicando sus nulas intenciones futbolísticas.