Vermouth Deportivo
·24 de noviembre de 2022
Vermouth Deportivo
·24 de noviembre de 2022
The Canucks volvieron a jugar una Copa del Mundo después de 36 años y le jugaron de igual a igual a la poderosa Bélgica. El elenco de John Herdman no mereció perder, trastabilló sólo por 1 a 0, y se fue con la frente en alto en la noche del miércoles. Su arquero ha tenido un gran trabajo y también una historia de vida llamativa.
Milan Borjan nació en Yugoslavia. Los conflictos balcánicos y esas guerras separatistas lo convirtieron desde muy pequeño en un trotamundos junto a su familia. Vivió justamente en Canadá donde obtuvo la nacionalidad y por eso mismo consiguió un lugar dicha Selección Norteamericana.
Entrando en la adolescencia recaló en Argentina. Su pasión por el fútbol lo llevó a jugar un año en inferiores en Boca. Luego cruzó el charco, estuvo en Nacional de Montevideo, y cuando volvió a atravesar el Río de la Plata, se formó durante una temporada en River Plate.
Su metro noventa y cinco, sumado a un gran físico, le jugó una buena pasada para afirmarse rápidamente como arquero. Formó parte del plantel profesional de Quilmes aunque por delante tuvo a Marcelo Pontiroli que difícilmente salía de la cueva.
La vida de Borjan continuó en Europa pero dejó hermosos recuerdos de su estadía en Argentina. La gloria le llegó cuando gritó campeón con el Ludogorets de Bulgaria y el Estrella Roja de Serbia. Y el premio a tantos viajes se coronó con un debut en una Copa del Mundo defendiendo los tres palos de la Selección de Canadá en Qatar 2022.
Foto: Photo by Matthias Hangst/Getty Images