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·1 de octubre de 2024

No es ejemplo para niños

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Terminaba el derbi, uno más en el Metropolitano, y las radios no hablaban de fútbol. Es curioso, pero tampoco lo habían hecho, al menos de manera frecuente, en la víspera. Todo eran profecías que anunciaban problemas. Una campaña mediática y voraz que consiguió su objetivo, enhorabuena a los premiados.

La verdad es que nadie podía imaginar que después de semanas lanzando mensajes que describían al Metropolitano como algo muy parecido a la franja de Gaza, a alguien, entre los mas de setenta mil espectadores, se le podrían cruzar los cables. Porque esos fueron los antecedentes, a pesar de que ahora señalen el incendio y se echen las manos a la cabeza los mismos que llevaban días empapando de gasolina el solar.


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Al aficionado medio le cuesta entender como, de un tiempo a esta parte, el fútbol ha desaparecido de las previas de los derbis. En primera línea ya no hay comentarios tácticos, posibles onces, estadísticas… En lugar de ello, en cada partido, y más concretamente en cada uno de los que el Atlético de Madrid disputa como local, el foco está puesto en la masa social rojiblanca. Se saca punta a todo y se utiliza cualquier nimiedad para tratar de crear un clima de fango y belicismo donde los opinólogos de todo a cien y el periodismo mediocre nadan con disfrute, conscientes de que ahí, en el sensacionalismo y la polémica, se ven menos sus notables carencias deportivas.

Desde el pasillo hasta el baile. Desde el Koke racista hasta presentar al Metropolitano como una zona de guerra a la que miles de rojiblancos acuden buscando rivales a los que agredir. Eso y todo eso ha sido jaleado desde los mismos medios desde los que hoy se pide respeto,tolerancia y se hacen llamamientos contra la violencia y a favor de la cordura.

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MADRID, SPAIN – SEPTEMBER 29: Jose Gimenez and Koke of Atletico de Madrid interacts with fans after objects are thrown at Thibaut Courtois of Real Madrid (not pictured) causing the game to be temporarily suspended during the LaLiga match between Atletico de Madrid and Real Madrid CF at Estadio Civitas Metropolitano on September 29, 2024 in Madrid, Spain. (Photo by Florencia Tan Jun/Getty Images)

El domingo en el Metropolitano no se apreciaron apenas mascarillas, a pesar de que los días previos hasta una institución como La Liga sacó un comunicado pidiendo penas de prisión para quienes participasen de una campaña que surgió en las redes sociales, como un aparente meme, y a la que diversos sectores pusieron afán e interés por darle seriedad. Tampoco se escucharon gritos con tintes racistas, para desgracia de quienes vienen vendiendo el relato de que en el Metropolitano las personas de color no tienen cabida. En su lugar, un portero, que, cosas de la vida, defendiendo la camiseta del Atlético de Madrid sufrió el impacto de un mechero por los aficionados del Club para el que hoy juega, una provocación y una imagen que quedará para la posteridad: la del belga celebrando junto a Militao, entre risas, la intervención del colegiado para suspender el partido. Había un guion y todos los actores bordaron su papel.

Tras el partido hay un comentario que se viene repitiendo en la gran mayoría de conversaciones y tertulias: «El ejemplo para los niños.» Y es cierto, tras los últimos acontecimientos uno se plantea qué fútbol, y sobre todo qué ejemplos, tendrán nuestras futuras generaciones. No me verán defendiendo la idea de que los niños de hoy en día buscan algún referente entre quienes acuden domingo tras domingo a la butaca de al lado. No creo que ningún chaval quiera parecerse a Paco el taxista, Pedro el fontanero o Lucas el administrativo. Sí pienso que están más cerca de buscar un modelo en Koke, Griezmann o Fede Valverde. Este último, por cierto, fue el que esperó a un compañero de profesión en el parking de un estadio para agredirle al término de un partido. Si hacen un ejercicio de pensamiento crítico, pero de verdad, sin matices ni ideas preconcebidas, se darán cuenta de que, en los barrios y pueblos de la geografía nacional, no van a ver a grupos de chavales jugando a ser ultras. No, no lo verán, porque no son el modelo a seguir. Sin embargo, cada fin de semana, en distintas competiciones a lo largo y ancho del país podrán observar a chicos fingiendo lesiones o copiando celebraciones que buscan la provocación del rival (besitos, bailes o, directamente, mano en los labios para mandar callar, no a un grupo de ultras sino a varios padres y madres.) De eso no hablarán porque no les interesa: Los malos, para ellos, siempre han llevado bufanda.

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