Obradoiro 93 – 59 Zamora: de triple en triple y tiro porque me toca | OneFootball

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·2 de marzo de 2025

Obradoiro 93 – 59 Zamora: de triple en triple y tiro porque me toca

Imagen del artículo:Obradoiro 93 – 59 Zamora: de triple en triple y tiro porque me toca

El Obradoiro vapulea al Zamora desde el exterior en el día que Alex Barcello y Lucas Faggiano se presentaron a Sar

Plantilla confeccionada y cara inmejorable para celebrarlo. Ni más ni menos que con 19 triples. El Obradoiro neutralizó por completo al Zamora desde la línea exterior en un encuentro que se rompió en los últimos minutos de la segunda parte. Barcelló aportó su granito de arena para, con 24 puntos, disparar la ilusión de los que, en una jornada carnavalesca, se acercaron a Sar. Davison (14) y Balvin (13), a su vez, ejercieron de fieles escuderos. Se mantienen, de este modo, los gallegos sextos en la tabla, empatados con Tizona, pero con un encuentro menos que el resto de sus rivales.


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Apenas quince minutos aguantó el Zamora vivo en Santiago. Lo que tardó el Obradoiro en ajustar la mirilla desde el exterior, pues la batalla física e interior propuesta por los zamoranos no fue suficiente para resistir ante las constantes puñaladas locales. Si a eso le sumas una gran defensa, sustentada también por unos pésimos porcentajes visitantes, resulta en una paliza. ¿El objetivo? El ascenso. ¿El camino? Los playoffs. La primera piedra, referente a las sensaciones y lo que Félix quiere de su equipo, ya está puesta. Pues, más allá de la anotación propia, es la rival la que más puede depender de un conjunto.

Inicio igualado

Las dos novedades referentes a los nuevos fichajes, Lucas Faggiano y Alex Barcelló, equilibraban la balanza del Obradoiro, pues tanto Álvaro Muñoz como Millán Jiménez, duda hasta última hora, causaron baja. Además, Rati Andronikashvilli vio el encuentro a pie de pista, desde una posición privilegiada, mientras hacía bici estática. Circunstancias que llevaron a Félix Alonso a tener que contar con las recientes incorporaciones desde bien temprano en el encuentro y, lo cierto, es que su adaptación fue cual cuchillo en mantequilla. Sobre todo la de un Barcello que, en los diez primeros minutos, anotó ocho puntos y eso que entró a 3:51 para la conclusión del cuarto.

Antes, los locales habían salido con un quinteto conformado por Quintela, Davison, Varela, Galán y Balvin. Pero, con el paso de los minutos, la tendencia se inclinó a tener que jugar más tiempo con un `3´ grande, algo complicado debido a las ausencias. Y, es que, Zamora presentó un partido muy físico, colapsando la zona y, en cierta medida, llevando al Obradoiro a tener que jugar más desde la línea de tres. Un aspecto del juego en el que los gallegos no se sienten particularmente incómodos, pero que no terminaba de serles efectivos en estos primeros compases. Pues, aunque prácticamente desde el salto inicial se hicieron con la batuta del choque, tan solo Davison y el ya mencionado Barcelló eran efectivos desde más allá del 6´75.

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Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro

Eso sí, todo lo que aportaba Zamora en defensa se desvanecía en ataque, donde la anotación era coral. Así se llegó a la conclusión de un primer cuarto (22-18) que, más allá de la irrupción del estadounidense, destacó por el respeto y el tanteo. Una tónica que se mantendría en una reanudación en la que los zamoranos subieron un punto de intensidad, si cabe, para tratar de aletargar la ofensiva obradoirista. Una estrategia que rápidamente les creó problemas, pues si quiera se habían completado cuatro minutos de periodo y ya estaban en bonus. Rascando y desde el tiro libre, el Obradoiro comenzó a abrir una pequeña brecha (32-23).

Romper a base de triples

Solicitó tiempo muerto Saulo Hernández para tratar de cambiar la dinámica y el resultado fue completamente el opuesto. El triple de Walker se quedó en una mera anécdota ante el festival anotador local que le procedió. Fueron tres minutos en los que el Obradoiro, a base de triples, mató el choque. No importaba quién era el tirador, pues todo iba para dentro. ¿El motivo? El buen movimiento de balón que daba pie a encontrar siempre la mejor posición de tiro posible. Davison indicó el camino, Nacho se subió a su barco y Barcelló, con su tercer triple, rozó los veinte de ventaja al descanso (49-31).

Faggiano también tuvo tiempo para estrenarse y, salvo hecatombe en la segunda mitad, dejar el enfrentamiento encarrilado. El planteamiento zamorano de igualar fuerzas en el interior hacía aguas, pues los exteriores obradoiristas se mostraban particularmente inspirados. Cierto era, también, que los buenos números locales en cuanto a efectividad contrastaban con los flojos porcentajes de un Zamora que, al igual que en la ida, se veía vapuleado.

Más de lo mismo

Los terceros cuartos han sido, esta temporada, sangrientos para el Obradoiro. El periodo en el que grandes ventajas se han dejado escapar y, por ende, victorias. Era, por ello, interesante ver el regreso del equipo a pista tras el intermedio. Lejos de dar algún síntoma de debilidad, los de Félix Alonso mantuvieron el pie a tabla apoyados, principalmente, en un excelso acierto exterior. El intercambio de canastas no favorecía al Zamora, el incremento posterior de la ventaja los mandaba de forma directa a la UCI.

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Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro

Micovic, con dos triples, rompía la barrera de los veinte (63-41) y Barcelló, con otro más al contrataque, obligaba a Saulo Hernández a hacer una llamada de emergencia (66-41). El estadounidense, por aquel entonces, había convertido sus cinco intentos desde el exterior. Y, es que, ha sido la tarde en la que todo parece fluir a favor de la corrientes, pues hasta aquellas malas decisiones acababan siendo efectivas. Un acción inverosímil de Davison sobre la bocina dejaba el choque visto para sentencia al final del tercer cuarto (74-41).

Diez minutos de poca intensidad, sin nada en juego, y con la sensación de que ambos habrían dejado que el colegiado indicase el final antes de lo previsto. Pues, en lo que se conocen como «minutos de la basura», resultaba casi más importante que nadie se lesionase al propio resultado. Dio tiempo para que Alonso Grela disfrutase de minutos y que Rati abandonase la bici para salir al parqué. Más allá de ello, el resto se caracterizó por dejar pasar los minutos.

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