Tiralíneas Madrid
·1 de noviembre de 2024
Tiralíneas Madrid
·1 de noviembre de 2024
Lo ocurrido el pasado lunes 28 de octubre entrará en la historia de este deporte como uno de los eventos más bochornosos que se recuerdan
Ni el robo de Aytekin al PSG, ni el atraco de Ovrebo en Stanford Bridge, ni el último Mundial regalado a Argentina y los posteriores reconocimientos a Messi sin méritos alguno, ni siquiera el hecho de que un club pagase más de siete millones de euros al vicepresidente del CTA durante 18 años… el mayor escándalo en la historia del fútbol es la humillación que sufrió Vini Jr en la gala del Balón de Oro al ser privado de recoger el galardón que le acreditaba como mejor futbolista del mundo.
A lo largo de la historia de este deporte, como se ha señalado al comienzo, hemos vivido todo tipo de acontecimientos lamentables que se recordarán por siempre, pero el espectáculo bochornoso organizado por France Football y la UEFA ha dejado el listón demasiado alto.
La historia de Vinicius Júnior es una de esas narrativas de superación destinadas al mayor de los éxitos. El brasileño aterrizó en la capital española condenado por el «alto» precio que se había pagado por él y, desde entonces, no dejó de recibir críticas, burlas y memes por sus carencias de cara a puerta. Conforme fue pasando el tiempo, las risas se convirtieron en insultos debido a que sus detractores comenzaron a tomar consciencia de que aquel chico había hecho gala de una resiliencia digna de admiración y a base de trabajo había logrado mejorar a niveles agigantados de manera exponencial.
Hasta tal punto creció futbolísticamente este muchacho que acabó convirtiéndose en el líder del Real Madrid, guiando a los suyos hasta dos finales de Champions, marcando en ambas, y erigiéndose como el futbolista más determinante del planeta apareciendo en los momentos importantes para ser decisivo. Este eufemismo, el de «futbolista más determinante del planeta», comenzaba a quedarse corto a medida que este chico seguía dando golpes sobre la mesa y confesándole al planeta fútbol un secreto a voces: que estábamos ante el mejor jugador del mundo.
Esta historia de superación marcada, por desgracia, por el racismo y el liderazgo de este chico en la erradicación de esta lacra social tenía una fecha señalada en rojo en el calendario: el 28 de octubre de 2024. Tras levantar su segunda ‘Orejona’ marcando en la final y siendo nombrado MVP de la competición de clubes más importante a nivel continental; jugar un papel indispensable en la consecución de la trigésimo sexta liga del Real Madrid; y marcar ni más ni menos que un Hat-Trick en la final de la Supercopa de España ante el FC Barcelona, Vini Jr esperaba con ansias aquel día en que acontecería la ceremonia del Balón de Oro y, por consiguiente, el brasileño podría recoger por primera vez este reconocimiento individual que le catalogaría como lo que es: el mejor futbolista sobre la faz de la Tierra.
Este tipo de galas siempre pretende transmitir algo de secretismo en torno al ganador, pero este año todo parecía visto para sentencia. El mundo entero, y el propio Vini, sabía que el Balón de Oro 2024 tenía nombre y apellidos: Vinicius José Paixao de Oliveira Júnior. Hasta tal punto era así que, según apuntan diversas informaciones, el brasileño tenía una fiesta organizada en Madrid, el club merengue ultimaba los preparativos para homenajear a su futbolista y una tienda céntrica de la capital española organizaba un evento especial con motivo de este premio que llevaría la firma del ‘7’ blanco.
Pues bien, a última hora y contra todo pronóstico, algo cambió. El Real Madrid se enteró gracias al Manchester City que, finalmente, sería Rodri Hernández quien recibiese el Balón de Oro y, como es normal, la indignación e impotencia se apoderaron de un Vinicius que optó, apoyado por todos sus compañeros y su club, por no acudir a una gala en la que se pretendía caricaturizar o burlar a un chico que merecía ese reconocimiento más que nadie.