El Sevillista
·16 de mayo de 2025
Otro año en la máxima categoría... pero asusta el futuro

El Sevillista
·16 de mayo de 2025
Aunque se ha logrado el objetivo, el sufrimiento de esta temporada su puede volver a repetir, con peores resultados si la Junta Directiva se mantiene en el cargo
La afición está más aliviada que alegre tras haberse certificado la permanencia del Sevilla FC en Primera División, donde estará por vigesimoquinta temporada consecutiva. Y es que el hecho de que llegara nada menos que en la jornada 36, después de ganar tras ocho jornadas sin conseguirlo. Y, lo que es peor, tras no ganar en el Ramón Sánchez-Pizjuán desde el pasado 14 de diciembre, algo que el sevillismo no estaba acostumbrado a vivir, porque nuestro templo siempre había sido casi inexpugnable para los rivales.
Estos años atrás hemos festejado levantar títulos y estar continuamente en Europa, también en la Champions League. Y, claro, es lógico que haya tristeza y rabia por tener que celebrar que se haya conseguido la salvación en la categoría, devolviéndonos a los peores años del club. Y solo queda un partido en Nervión y, al no haber nada en juego, la afición usará el partido ante el Real Madrid para realizar un nuevo acto de protesta contra los culpables de la crisis: el Consejo de Administración, que no ha tenido capacidad para sostener al equipo campeón y temido que tenían en las manos.
La deriva arrancó cuando se anunció la salida de Monchi, cabeza visible de los éxitos recientes, no solo por los acertados fichajes, si no por lo que aportaba al vestuario, llevando lo que significa tener nuestro escudo en el pecho a los jugadores que llegaban, si no también por su trabajo en la Directiva, donde su voz era respetada. Y todo fue a peor, como se ha acabado demostrando, cuando José María del Nido Carrasco asumió la presidencia de José Castro. Tenemos ahora a un presidente con demasiado ego y protagonismo, y sus guerras con su padre, Del Nido Benavente, confirmando su incapacidad para llevar el timón, arruinando al club junto a su directiva.
Aunque parece complicado que en el corto plazo vaya a salir, el sevillismo está unido y decidido a dar la batalla para conseguirlo, para salvar a un club que va a la deriva, lejos de las posiciones que por palmarés le corresponde en la categoría. Ya conseguimos evitar el descenso a Segunda División por problemas económicos con una gran movilización; por lo tanto, ya se conoce el camino para salvar al mejor club de Andalucía. La directiva no debería estar tranquila.
Debería estar feliz por ver a mi Sevilla Fútbol Club otra temporada más en su sitio, que es la Primera División. Pero, vista esta campaña y que todo apunta a que la Junta Directiva no tiene intención de vender, el futuro me da mucho miedo y nada me invita al optimismo respecto al futuro. Y más, si la confección de la plantilla va a depender de Víctor Orta (aunque hay rumores de que puede ser destituido. Pero, ¿Quién dice que el relevo estará a la altura?), cuyos aciertos se cuentan con los dedos de una mano... y puede que sobren.
Poco que celebrar, mucho que luchar por nuestro club, cuyo futuro no es nada halagüeño con semejantes directivos.
Pero, como decía el tifo de Biris Norte ante Las Palmas: "Y no puedo arrepentirme, de este amor".
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