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La Galerna
·24 de febrero de 2025
Real Madrid - Real Sociedad: historia de sus semifinales coperas
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La Galerna
·24 de febrero de 2025
El Real Madrid y la Real Sociedad se han medido en once ocasiones (si contamos el duelo contra el San Sebastián Recreation Club, germen de la Real, en 1905) en enfrentamientos correspondientes a la Copa del Rey. En la ronda de semifinales se vieron las caras en cuatro oportunidades, dos en los años 50 y otras dos en los 80. El bagaje está equilibrado, con dos victorias para cada conjunto, por lo que tras este duelo de 2025 se producirá un desempate.
En el año 1951 fue la primera vez que ambas escuadras lucharon por un puesto en la final. Aquella temporada, el papel blanco en Liga fue discretísimo con Scarone en el banquillo. Un noveno puesto que dejaba la Copa, que se celebraba tras terminar la competición doméstica, como el salvavidas de la temporada. La Real Sociedad, por su parte, estuvo cerca de los puestos de arriba y terminó en quinto lugar.
En el camino previo, los blancos eliminaron al Valencia y al Atlético de Madrid, y los donostiarras a Celta y Racing. La Real, con Benito Díaz al frente del equipo, practicaba el cerrojo con gran éxito. Colocaba un hombre más en la defensa, prescindía de un delantero y mantenía los dos medios y los dos interiores en lo que se llamaba ‘El cuadrado mágico’. Recibió bastantes críticas, pero le hizo sumar buenos triunfos.
Partido de ida en Atocha. 1951
La ida fue en Atocha, un campo siempre difícil para los merengues. La lluvia previa embarró el terreno de juego, lo que favorecía a los locales, que no iban a contar con dos jugadores importantes como Epi e Igoa, pero sí con Artigas. El equipo txuri-urdin contaba con un gran portero en la meta como Eizaguirre y con el exmadridista Barinaga en el ataque. En los madridistas continuaba de baja una de sus estrellas, el argentino Roque Olsen, por lo que Scarone repitió el once de la vuelta de cuartos de final con Pahiño como esperanza blanca para llegar a la final.
Partido de ida en Atocha. 1951
El encuentro parecía encaminado al empate, pero Artigas a falta de ocho minutos deshizo la igualada. Según la crónica de MARCA de José Carrasco, el resultado no fue justo con un Real Madrid que llevó más peligro que los locales. Al término del encuentro el canario Cabrera declaró que “estoy convencido de que nos llevaremos la eliminatoria” y a Narro no le gustó “ni la Real ni el público”. Por su parte, el presidente Bernabéu consideraba que “ese gol me parece muy pequeño obstáculo” para pasar la eliminatoria y el técnico Scarone avanzaba que “si no vencemos en Chamartín, me voy”. En las otras filas, Benito Díaz opinaba al contrario : “El resultado me parece justo”.
Partido de ida en Atocha. 1951
La vuelta se disputó una semana más tarde con las novedades de Olsen en los capitalinos e Igoa en los blanquiazules. En la previa se comentaron mucho unas declaraciones de Scarone en las que dijo que “el público de Atocha era el peor del mundo”, lo que conllevó una respuesta del presidente txuri-urdin Felipe de Arteche: “Es curioso que sea el señor Scarone, uruguayo, quien califique así al público de Atocha. Por lo visto, se ha olvidado que en su país los terrenos de juego están protegidos por fosos y alambradas, y los espectadores son cacheados al entrar”. A pesar de todo el mandatario afirmó que “existen y existirán cordialísimas relaciones entre el Madrid y la Real”.
Olsen en el partido de vuelta en Chamartín. 1951
Partido de vuelta en Chamartín. 1951
El partido y la eliminatoria terminó con color blanquiazul. La Real venció por 0-2 con tantos de Caeiro y Barinaga, que confirmaron un fracaso de temporada para los blancos. En la portada de MARCA se leyeron importantes críticas a los madridistas a los que les faltó “coraje y decisión” y cuya pobre labor facilitó el triunfo guipuzcoano. Además, también se hizo hincapié en la táctica especialmente defensiva de la Real. Benito Díaz volvió a proyectar el cerrojo que fue imposible de superar para el conjunto merengue. El entrenador txuri-urdin manifestó que “se pudieron meter más goles”, mientras que su homólogo blanco criticó a los suyos: “Hoy nos hubiese ganado cualquier equipo”. El portero Juanito Alonso también fue muy duro consigo mismo: “He hecho el peor encuentro de mi vida”. Scarone finalmente no cumplió con su profecía y continuó un año más en la entidad.
Gol de la Real en el partido de vuelta en Chamartín. 1951
Partido de vuelta en Chamartín. 1951
Partido de vuelta en Chamartín. 1951
Partido de vuelta en Chamartín. 1951
Siete años después se produjo el segundo enfrentamiento. El panorama y el contexto habían cambiado radicalmente y es que el Real Madrid ya era el mejor equipo del mundo y en ese periodo había conseguido cuatro Ligas, tres Copas de Europa y dos Pequeñas Copas del Mundo. Mientras que la Real Sociedad dejó atrás la etapa de Benito Díaz y ahora su técnico era Artigas, uno de los artífices de aquella eliminación blanca en 1951.
La Liga ya quedaba unas semanas atrás, el Real Madrid se proclamó campeón por delante del Atleti y la Real Sociedad ocupó puestos de mitad de la tabla. También los merengues acababan de levantar la ‘Tercera’ quince días antes en Bruselas después de vencer al AC Milan en la prórroga. En eliminatorias anteriores coperas los blancos se habían deshecho del Atleti de octavos y el Real Valladolid en cuartos; la Real Sociedad, por su parte, de CA Osasuna y Real Jaén.
Encuentro de ida en el Bernabéu. 1958
El encuentro de ida fue el 15 de junio y el Real Madrid allanó su pase a la final con una contundente victoria. Un partido que fue bronco, duro y controvertido. Las grandes novedades eran la vuelta de Juanito Alonso y Lesmes en los blancos y la baja de Segurola en los donostiarras. El duelo fue nocturno y en la previa se habló de ello. El entrenador Salvador Artigas no estaba demasiado contento con la decisión: “Jugar por la noche no es un capricho. El reglamento no da opción”. Mientras que el argentino Carniglia se mostraba desconfiado con el partido: “No hay motivos para descartar la sorpresa. En todo caso queda San Sebastián, donde no sería imposible ganar la eliminatoria”.
Encuentro de ida en el Bernabéu. 1958
El plan defensivo txuri-urdin para sobrevivir en el choque de ida no tuvo demasiado éxito y el Real Madrid dominó de forma clara para terminar ganando por 4-1. El partido fue feo y con varios incidentes entre los jugadores. Gento agredió a Irulegui con una patada sin balón, pero el árbitro Rey expulsó a los dos. Además, hubo alguna que otra tangana como una entre Peporro y Di Stéfano sin la pelota en juego que no llegó a más. Con 1-0 al descanso con gol de Rial, en la segunda mitad los merengues completaron el tanto con dianas de Mateos, Joseito y Di Stéfano de dudoso penalti. Laguardia anotó el gol blanquiazul que momentáneamente era el 3-1.
Tangana tras la agresión de Gento. Encuentro de ida en el Bernabéu. 1958
Expulsión de Gento. Encuentro de ida en el Bernabéu. 1958
En los vestuarios, Carniglia se mostró contento con el resultado porque dijo que antes del partido “me conformaba con dos goles”, pero también tiró de las orejas a Gento: “La actuación de Gento no tiene razón de ser, porque un jugador no debe hacer nunca eso, tiene que aguantar siempre”. En el otro bando, Artigas se quejó del árbitro declarando que “le ha faltado autoridad. No debía haber expulsado a Irulegui. Estaba cohibido por tratarse del campeón de Europa”. También veía difícil la remontada “pero no nos damos por vencidos”.
Portada de Marca tras la ida. 1958
La vuelta una semana después en Atocha tuvo poca historia. Solo confirmó la eliminación de los vascos y el avance a la final del Real Madrid, que precisamente se mediría con el eterno rival guipuzcoano, el Athletic Club. En el conjunto madridista, a Carniglia le faltaba decidirse entre Santisteban o Ruiz para la media, siendo titular finalmente el sevillano; en la Real, el técnico Artigas dudaba entre Paz o Alkiza, saltando al terreno de juego el de Pasajes. La afición donostiarra estaba dolida e indignada por la sanción de Irulegui y anunciaba sonido de viento cuando el Real Madrid saliese al campo.
Vuelta en Atocha. 1958
La Real salió al ataque, desmelenada, con mucha energía y presión y cuajó un formidable primer tiempo del que no sacó el rédito esperado. Su absoluto dominio, pero su imprecisión en ataque, solo le valió ir ganando al descanso por la mínima con gol de Laguardia. En el segundo tiempo acusaron el esfuerzo y el Real Madrid niveló el juego para acabar consiguiendo Joseíto el tanto del empate con el que terminaría el partido. Artigas no reflejaba ni disgusto ni alegría, pero sí sacó pecho propio y de su equipo: “Desde luego satisfecho con la labor de los jugadores. Luego hablan del cerrojo de la Real. ¿Qué es lo que ha hecho hoy el Madrid?”. Carniglia evidenció su entusiasmo por el pase a la final, aunque no tanto por el juego de los suyos: “Ha resultado muy modesto y creo que el resultado puede considerase justo”. Añadió que “se ha cumplido el objetivo; no exigía más a los muchachos”.
Portada de Marca tras la vuelta. 1958
En 1982, los dos mejores equipos de España en aquel momento lucharon por el pase a la final. Ambos también estaban disputando la Liga en ese momento junto al Barça, que lideraba la tabla, pero que acabó pinchando dejándose bastantes puntos. Fue la Real la que conquistó el segundo título liguero de su historia y, además, de forma consecutiva. En el Real Madrid, la campaña fue irregular y las aguas ya bajaban turbulentas antes de la eliminatoria copera. Tal era el estado del club, que en la ida dirigió al equipo Boskov y en la vuelta lo hizo Molowny, tras el cese del yugoslavo un día antes del partido y después de una sorprendente sequía goleadora de los blancos de cuatro partidos.
La Real Sociedad de Ormaechea era un conjunto construido desde atrás, con una defensa sólida y compacta. En la media se mezclaba el talento con el trabajo y en el ataque primaba el estilo directo y los contragolpes rápidos y verticales. Disponía de enormes jugadores, entre los que destacaban Arconada, López Ufarte, Zamora, Satrústegui y Periko Alonso. Anteriormente habían derrotado al Real Valladolid y el Athletic para plantarse en semifinales. Mientras que el cuadro madridista hizo lo propio con el CD Málaga y el Atlético de Madrid.
Cunningham en Atocha. 1982
La ida fue en Atocha el 10 de marzo en un encuentro arbitrado por Enríquez Negreira. Ormaechea declaró en la previa que “dos goles de ventaja sería una buena renta” y deseaba poder contar con Zamora, que era seria duda para el choque. Por el otro lado, Boskov fue rotundo: “Esto es una final anticipada”. Además, incidía en que “hay que tirar mucho a gol” y que lo que más temía “de la Real es su fútbol sin concesiones”. También avanzó que Cunningham y Santillana no jugarían juntos, sino un tiempo cada uno, por lo que Pineda que estaba en un buen momento saldría de inicio.
El día del encuentro se confirmó la baja de Zamora en los locales y también la de Santillana en los blancos, al resentirse en el último entrenamiento y no viajar a la Bella Easo. El partido no fue demasiado brillante ni ofensivo y la Real se impuso por la mínima con un tanto de Satrústegui. Los blanquiazules gozaron de más oportunidades, pero pese a algún falló de Agustín no aumentaron la diferencia. El encuentro de los madridistas en ataque fue muy espeso y apenas inquietaron a Arconada, que vio muy bien defendida su área por el gran entramado defensivo de la Real. Ormaechea quedó contento pese a la mínima renta aseverando que “tenemos casi asegurada la eliminatoria”. Boskov también estaba satisfecho con el papel de los suyos y aprobó su rendimiento en un siempre complicado campo de Atocha: “El Madrid, bien ante un gran equipo”.
Camacho y López Urfarte en Atocha. 1982
La vuelta se celebró tres semanas después, el último día de marzo en el Santiago Bernabéu y de nuevo con Negreira al silbato. En los locales habló Boskov pocas horas antes de ser destituido: “¡Eliminaremos a la Real!”. El once era una incógnita, con la entrada de Molowny apenas había información de los hombres con los que contaría en su reestreno de nuevo como entrenador merengue. Solo manifestó que “la Real nos lo pondrá muy difícil”. En los guipuzcoanos, el técnico vasco tenía a Zamora y Arconada tocados, pero contaba con ellos. Tampoco temía “el ambiente del Bernabéu” y hacía valer el resultado de la ida: “De momento, la ventaja es nuestra, el 1-0 de Atocha puede servirnos”.
XI del Real Madrid en la vuelta. 1982
El día del duelo se habló más del cambio de entrenador en el Real Madrid que del choque. Ormaechea dijo que no le preocupaba “el cambio de técnico, aunque, indudablemente, puede suponer un revulsivo para los madridistas”. Y así fue. El cuadro blanco se acabó llevando el encuentro y la eliminatoria en los penaltis en una noche dramática. Los donostiarras pusieron las ocasiones y el Real, el genio, según se pudo leer en las páginas de AS. La Real pudo sentenciar en la primera parte, pero dejó al Madrid con vida y lo pagó. A dos minutos del final Juanito en una jugada que inició él la terminó con frialdad dentro del área. La prórroga no resolvió nada y se decidió todo por penaltis. Cortabarría y Camacho erraron los primeros lanzamientos, y Diego y García Hernández los terceros. El sexto txuri-urdin se lo detuvo Agustín a Murillo e Ito anotó ante Arconada. Los jugadores blancos dedicaron la victoria a su antiguo entrenador: “El triunfo es de Boskov”. Y Molowny feliz tras su debut afirmó que “hemos sufrido mucho. Pero llegamos a superar a un gran conjunto”. Las filas donostiarras eran la viva imagen del abatimiento. López Ufarte pensaba que “no se ha hecho justicia” y Arconada dijo que “merecimos dos o tres goles de diferencia”.
Gol de Juanito en la vuelta. 1982
Penalti de Ito. 1982
Celebración en los penaltis. 1982
Agustín, el héroe. 1982
El último enfrentamiento hasta la fecha fue en 1988. El Real Madrid dominaba el fútbol español y estaba en camino de lograr su tercer trofeo de Liga consecutivo. La Real se encontraba también en un gran momento y perseguía a los blancos en la competición doméstica a distancia, pero acabaron consiguiendo el subcampeonato. La eliminatoria se preveía apasionante y acabó siendo un repaso txuri-urdin poco esperado para muchos.
El cuadro donostiarra dirigido por el galés John Benjamin Toshack era un equipo ordenado, compacto y disciplinado en defensa y que en fase ofensiva generaba ataques elaborados y veloces sin desdeñar tampoco la capacidad para el contragolpe. El Real Madrid de Beenhakker cambió el concepto del fútbol, con un gusto extremo por jugar la pelota, siendo un conjunto alegre, vistoso, ofensivo y con mucho intercambio de posiciones entre los jugadores. Los blancos en anteriores rondas habían apeado al Sestao, Cádiz y Sabadell. La Real, mientras tanto, dejó fuera al Cartagena, Sporting de Gijón y Atlético de Madrid.
La ida se celebró en Atocha el 3 de febrero con gran expectación en la ciudad y récord de recaudación. El técnico local garantizaba que iba a ser “una noche espectacular” y estaba seguro del triunfo donostiarra porque “sabemos lo que tenemos que hacer para vencer”. También hablaron Uría, que declaró que “era el peor que nos podía tocar, pero confío en salvar el trago”, y Loren, que preveía una “eliminatoria complicada y bonita a la vez”. Su homólogo neerlandés apuntaba a una “eliminatoria apasionante entre los dos equipos más en forma del fútbol español”, aunque iba a contar con la baja de Butragueño, que no se encontraba al cien por cien y no se querían correr riesgos. La buena noticia en los merengues era la reaparición de Gordillo.
Gol de Bakero en la ida. 1988
La victoria fue por la mínima para los blanquiazules con un gol de Bakero de cabeza en un duelo en el que al Real Madrid “le faltó ambición”, según la crónica de AS firmada por Luis Arnaiz. Los de Beenhakker fueron muy prudentes, jugaron a amarrar y cuando quisieron dar la vuelta al marcador ya no pudieron. Toshack sentenció en rueda de prensa: “Lo único bueno, el resultado. Si el Madrid no nos ha ganado hoy, que hemos jugado tan mal, todavía hay esperanzas”. Beenhakker, por su parte, manifestó que “ha sido un partido muy raro, sin sal y con solo una ocasión de gol”.
Vuelta en el Bernabéu. 1988
De cara a la vuelta que se disputó el día 18 de febrero en el Santiago Bernabéu, ya esperaba el Barça en la final. Toshack venía arrastrando la duda de José Mari Bakero, que finalmente se apuntó al partido: “El Madrid no es superior”. El galés se mostró contento por la alineación del navarro: “Es una noticia buena para nosotros y nuestros intereses”. En los capitalinos la gran duda era si iba a jugar Hugo Sánchez, que arrastraba una sanción de un partido. A última hora el club blanco recurrió al Comité de Apelación y el mexicano pudo saltar al césped al serle revocado el castigo. Beenhakker tenía claro los códigos para la remontada: “Jugar a lo práctico. Con la cabeza fría. Y…sin prisas”. Chendo afirmaba que “el peligro donostiarra es su bloque” y Butragueño avisaba que iba a ser “a vida o muerte”.
Butragueño entre Górriz y Gajate. 1988
Míchel y Arconada. 1988
Portada de As tras la vuelta. 1988
Con Enríquez Negreira arbitrando el partido, la Real Sociedad maravilló en el Bernabéu. Un 0-4 histórico fue el resultado que entraba directamente en el top 3 de mayores goleadas recibidas por los blancos en su casa en la historia de la Copa. En la primera mitad los donostiarras ya avisaron con media docena de oportunidades que no aprovecharon. Fue tras el descanso cuando llegó el vendaval de juego y goles y los cuatro tantos en apenas quince minutos por mediación de Górriz, Bakero dos y Begiristain. El Madrid colapsó y no tuvo en ningún momento ni juego, ni remate, ni seguridad defensiva. Al término del choque hubo algún aplauso desde la grada a los visitantes. En la caseta blanca primaba la desolación, con Gordillo siendo crítico al declarar que en “el segundo tiempo jugamos fatal” y con Chendo dando la clave del choque: “El primer tanto fue decisivo y nos obligó a lanzarnos abiertamente al ataque con unas consecuencias funestas”. Mientras que Beenhakker felicitó a la Real Sociedad y dijo que en “la segunda parte perdimos los papeles”. En el otro vestuario había júbilo, alegría y gritos por la goleada y el pase a la final. Arconada admitió que “ganar aquí es importante”, Larrañaga se mostró “muy feliz por el triunfo claro y rotundo. Les hemos dado un baño en el segundo tiempo”. Por último, Toshack fue irónico: “Espero que la prensa de Madrid no sea dura con su equipo. Enfrente tuvo a una gran Real Sociedad que es de tener en cuenta”.
Fotografías: archivo Alberto Cosín