Rilan | OneFootball

Don Joaquín Caparrós ha obligado a mucha gente, entre ellas a mí, a volver a consultar el diccionario. ¿Qué será eso que les pasa a las criaturitas cuando ven una camiseta o el autobús del Sevilla Fútbol Club? Ha usado un viejo verbo popular en Utrera, casi olvidado más allá del reino de Consolación: «Ellos, cuando ven una camiseta del Sevilla, cuando ven el autobús del Sevilla llegar, se rilan», declaró en los micrófonos de una cadena de la SER.

Elegante y profundo como una seguiriya de Bernarda, Don Joaquín Caparrós se ha vuelto a colar en el autobús colorao, de sevillano carmesí, camino de La Palmera. Decía Nietzsche que todo espíritu profundo ama la máscara y el utrerano lo es: sabe que los suyos necesitan la máscara de guerra y es el primero que se la pone. Sabe que la máscara del Sevilla Fútbol Club, nuestro escudo, nuestros colores, provocan pavor y temblor en las criaturitas. Y lo ha hecho como el genio de la motivación que es: la técnica que ha manejado se llama disonancia cognitiva creativa.

Fue un concepto introducido por el psicólogo estadounidense Leon Festinger en los años 50. El mensaje rompe sutilmente lo que el espectador espera ver, oír o entender, provocando una pequeña incomodidad o sorpresa que lo obliga a prestar atención y procesar el mensaje; en este caso, la sorpresa o incomodidad es semántica. Los efectos son múltiples. Provoca atención: el cerebro se detiene al detectar un «fallo» en lo esperado. Genera curiosidad: la mente quiere «cerrar el círculo». Activa el pensamiento reflexivo: invita a interpretar o resolver el mensaje. Estimula la memoria: los mensajes inesperados se recuerdan más. Don Joaquín Caparrós ha conseguido, con una simple frase sobre el Sevilla Fútbol Club, engorilarnos a nosotros y asustarlos a ellos.

«Están los viejos cuchillos tiritando bajo el polvo», cantaba Lorca. Ellos lo saben y nosotros lo sabemos, y ellos saben que nosotros lo sabemos. He ahí el bucle que les hace temblar. Joaquín Caparrós lo pinta en la pizarra del vestuario del Sevilla Fútbol Club. El domingo juegan otra vez el gringo Scotta, Curro San José, Antoñito, Olivera, Reyes… y Ejuke, que ya los ridiculizó en la ida. En el banquillo y en el autobús al lado del chófer, por una tarde y con permiso, complaciente a buen seguro, de García Pimienta, la sombra sutil de Don Joaquín.

«Si la gente no cree que las matemáticas son simples, es solo porque no se dan cuenta de lo complicada que es la vida.» (John von Neumann)