Offsider
·27 de diciembre de 2024
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·27 de diciembre de 2024
El Mallorca inició el año 2024 con el gran Javier Aguirre a los mandos, y con un claro objetivo entre ceja y ceja: permanecer en Primera División tras un inicio complicado en la temporada. Sin embargo, el inicio de otras competiciones iba a deparar un nuevo sueño inmediato, que podría marcar el año como uno de los más importantes de su historia. Ahora, el año finaliza, por lo que es momento de hacer resumen y síntesis de un año que el Mallorca no olvidará.
El inicio de las rondas importantes en la Copa del Rey motivó mucho al conjunto bermellón. A la chita callando fue cerrando rondas y como quien no quiere la cosa, tras eliminar a equipos como el Tenerife fuera de casa, y al Girona en Son Moix, la gran revelación española la pasada temporada, se plantó en unas ambiciones semifinales. En Mallorca, la Real no aprovechó sus ocasiones, pero en el Reale Arena, el Mallorca sí lo iba a hacer, y tras una tanda de penaltis histórica recordada por el penalti de Darder, el conjunto bermellón pisaba una final de Copa del Rey 21 años después con opción de ganar la segunda Copa del Rey de su historia.
Sin embargo, su rendimiento en Liga dejaba que desear. A pesar de los grandes niveles de jugadores como Muriqi, las sensaciones en Copa y en la competición liguera eran muy distintas. Mientras por un lado se estaba a punto de tocar el cielo y clasificarse a Europa ganando la Copa, en Liga el descenso acechaba y las victorias no llegaban. Aunque era una situación a analizar, la final de Copa en el horizonte hacía pensar que había que esperar para ver que hacer con el cuerpo técnico del Mallorca.
Dani Rodríguez celebrando el gol en la final de Copa (Photo by CRISTINA QUICLER/AFP via Getty Images)
Una vez llegados a aquel 6 de abril en el Estadio de La Cartuja, el Mallorca se presentaba ante una cita para la historia enfrentándose al Athletic Club. El destino iba a querer que fuera el Mallorca quien se adelantara, pero desafortunadamente para el conjunto bermellón, el equipo vasco empató y forzó la prorroga y los penaltis. Y de forma cruel, porque los penaltis así lo son, el Mallorca cayó derrotado. La Gabarra volvió a salir 40 años después, mientas que los rojillos recibieron un golpe duro en el mentón en una final donde el histórico Abdon Prats no jugó. Se complicaban las sensaciones de cara al tramo final de Liga donde el objetivo era salvarse.
El conjunto balear consiguió salvarse, pero la dirección deportiva consideró que a pesar de que Javier Aguirre había llevado al Mallorca a la final, la mejor decisión para todas las partes era no seguir juntos después de varios años muy sólidos en la isla. Una salida triste, porque toda la afición le tenía mucho cariño. Sin embargo, el Mallorca parecía querer un cambio de cara. Quería trasladar la gran competitividad mostrada en Copa a la Liga, y para ello acudieron a Jagoba Arrasate. Un técnico muy experimentado, que la temporada anterior ya había llevado a Osasuna a Europa. Por lo que el obejtivo estaba claro: el Mallorca debía no solo permanecer en Primera, sino luchar por objetivos más atractivos.
Jagoba Arrasate en un partido con el Mallorca (Photo by JAIME REINA / AFP) (Photo by JAIME REINA/AFP via Getty Images)
En junio de 2024 arrancó el proyecto Arrasate. Un nuevo comienzo que despertó la ilusión de toda la afición mallorquinista, y que aunque costó sumar la primera victoria en este inicio de temporada, el equipo pareció encontrar la forma y el fondo. Encadenó hasta tres partidos seguidos ganando, con un gran rendimiento fuera de casa que es donde siempre se van muchos puntos. Arrasate le ha dado un gran gen competitivo que le permite competir muy bien contra todos los equipos y que le ha alzado hasta los puestos europeos. Está asentado desde hace varias jornadas en una sexta posición que cierra un 2024 con la ilusión por las nubes de cara a 2025, y que estuvo a escasos detalles de ser glorificado.