Copa analgésica o envenenada | OneFootball

Un Real Madrid de luto busca redención frente a un Celta sin Iago Aspas y con malos registros a domicilio. Asencio y Brahim apuntan a titulares.

El ritmo del fútbol abrevia mucho los lutos. Así que el Madrid agradece la prontitud de este partido ante el Celta después de tres días a media asta para cauterizar la profunda herida del Clásico, un golpe de realidad, una marcha atrás en la rehabilitación. Será en un Bernabéu de doble filo, con la obligación de combatir la depresión desde el primer minuto para no cargar más el ambiente y ante un Celta con dos caras: de notable alto en Balaídos y de suspenso a domicilio.

A esa bipolaridad viguesa pueden ponérsele números. Sus resultados en casa son de Champions; los de fuera, casi de descenso. Veinte puntos en su Balaídos, con dos únicas derrotas, ante Atlético y Madrid, y cuatro fuera para una duodécima plaza que le sitúa más cerca de Europa que del descenso, un logro vistos los apuros de las últimas temporadas. Llega al duelo después de un chasco en Vallecas, con una derrota entre ajustada e injusta que dejó, además, daños colaterales. Alfon, segundo goleador del equipo y titular en los últimos cuatro encuentros, cayó lesionado en los isquiotibiales y es baja. Marcos Alonso, tercer jugador más utilizado de la plantilla, sufrió un esguince de tobillo y será duda hasta última hora, aunque entró en la lista. Ristic y Fer López, en cambio, están recuperados.

Quien se perderá seguro el choque es Iago Aspas, lesionado para cuatro semanas y que ya faltó en el partido liguero de Balaídos al haber sido expulsado en Las Palmas la semana anterior. El Madrid no ha sido nunca el equipo favorito de Aspas. De hecho, solo le ha marcado cinco goles en 25 partidos (al Barça le ha hecho 11 en 22), pero sigue siendo el máximo anotador del equipo esta campaña (seis goles) y su baja, que ha coincidido con la renovación de su contrato hasta 2026, resulta más que notable.

Iván Villar ya eliminó al Madrid

Aspas es el espejo de una cantera con la que le ha ido estupendamente a Claudio Giráldez. Lo suyo ha sido vocacional y obligado a la vez, porque solo llegaron tres fichajes en verano (Marcos, Ilaix Moriba y Borja Iglesias) y hubo que mirar de puertas hacia adentro. Su procedencia del filial hizo que no le costase demasiado. Javi Rodríguez y Hugo Álvarez han jugado ya más de 1.000 minutos. Y ellos, Alfon, Pablo Durán, Fer López, Carlos Domínguez y Hugo Sotelo, de la casa todos, suman 16 tantos. El técnico más joven de Primera lleva la academia en la sangre. Jugó con el alevín celeste el torneo de Brunete y fue captado por el Madrid, como infantil de primer año, en una Vigo Cup. Así que conoce bien las dos casas.

Hoy se espera que mueva al equipo sin tocar ese dibujo de tres centrales que ha mantenido desde que pisó el primer equipo. Starfelt y Mingueza parecen inamovibles y el doble pivote de moda lo forman Ilaix Moriba y Fran Beltrán, pero el resto va y viene. Se sospecha que Iván Villar, que ha jugado las tres eliminatorias anteriores, será el portero de la Copa.

Iván Villar es uno de los cuatro supervivientes de la última eliminatoria que enfrentó a Madrid y Celta en la Copa y que permitió al equipo celeste meterse en semifinales tras ganar en el Bernabéu (1-2) y empatar en Balaídos (2-2). El meta fue suplente en el segundo encuentro, pero en la eliminatoria sí participaron activamente Lucas Vázquez, Modric y Iago Aspas, los otros supervivientes. Berizzo entrenaba al Celta y Zidane al Madrid. El equipo blanco no ha vuelto a perder ante el vigués desde entonces. Catorce victorias y tres empates le ponen números a la racha negra del Celta.

Tchouameni, en el centro del debate

También se anuncian cambios en el Madrid, obligados por la paliza física y también por la situación anímica. Lunin volverá a ser el portero titular, y al once apunta Asencio, que después de cuatro buenas actuaciones como titular tras su debut volvió al banquillo en cuanto se recuperó Tchouameni. Desde entonces solo estuvo de salida ante la Deportiva Minera, pero en pleno debate sobre el rendimiento del francés se le espera. Tchouameni podría volver al centro del campo o perder el sitio en beneficio de Modric o Ceballos. Otro probable es Brahim, quizá por Rodrygo o por Mbappé, muy tocado en un tobillo por un pisotón de Koundé en el Clásico. Quien parece seguro es Vinicius, que se perderá los dos próximos partidos de Liga por su expulsión en Mestalla. Arda Güler también tiene alguna opción si Ancelotti da un respiro a Bellingham.

Pese al papel de favorito del Madrid, conviene recordar que en el duelo liguero de octubre, en Balaídos, el Celta remató más, tuvo mejores ocasiones y estuvo cerca igualar la posesión, aunque acabara cayendo por 1-2.

El partido lo pitará Munuera Montero, al que el Celta intentó vetar hace nueve años al acusarle de falsear un acta. No hay que olvidar que Giráldez viene de mostrarse muy crítico con el colegiado que le pitó en Vallecas el viernes, Cuadra Fernández. Allí recordó que es madrileño de nacimiento pese a su adscripción al Colegio Balear. Tampoco le gusta Munuera al Madrid desde aquelpenalti no señalado de Rulli a Vinicius en un duelo ante la Real y que dejó la frase de cabecera de la historia del VAR pronunciada por Melero: “Todo OK”.

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