Fútbol vs Aranceles: ¿Corre peligro el Mundial de Clubes 2025? | OneFootball

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·24 mai 2025

Fútbol vs Aranceles: ¿Corre peligro el Mundial de Clubes 2025?

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Hay una escena que ningún productor de Netflix ha tenido el valor de escribir, pero que bien podría rodarse en breve: un grupo de ultras retenidos en la aduana de Dallas porque el jamón ibérico que llevaban como “provisión espiritual” es considerado una amenaza al comercio norteamericano.

Mientras, en una sala contigua, un delegado del Real Madrid suplica que no le cobren aranceles por su segunda maleta llena de bufandas oficiales del club blanco, Made in China.


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Parece una sátira, pero es solo el prólogo posible del Mundial de Clubes 2025, esa criatura de laboratorio futbolístico con la que la FIFA sueña desde hace años y que, como toda criatura ambiciosa, ha decidido mudarse a Estados Unidos… justo cuando Donald Trump podría volver al poder.

¿Problemas? Varios. Y de distinta índole. Porque el balón, aunque redondo, no rebota igual cuando cae sobre una guerra comercial.

🧾 El fútbol y las aduanas: una pareja poco romántica

A simple vista, el Mundial de Clubes —con sus 32 participantes, su logo pulido y su factura megalómana— debería ser una fiesta global. Pero hay un pequeño detalle que amenaza con aguar la celebración: la realidad geopolítica.

Trump, fiel a su estilo de pugilista con traje, ha prometido que si regresa a la Casa Blanca en 2025 impondrá nuevos aranceles masivos a productos europeos, castigará la “injusticia comercial” del viejo continente y, si le queda tiempo, probablemente también a algún país que no sepa ubicar en el mapa.

Y aquí es donde el fútbol, como fenómeno cultural y económico global, se topa de bruces con la política proteccionista.

Porque mientras la FIFA vende este Mundial como el Davos del balompié, en la práctica podría convertirse en un festival de restricciones, retrasos logísticos y enfados diplomáticos.

✈️ ¿Viajarán los aficionados europeos? ¿Y los brasileños?

¿Te imaginas a decenas de miles de aficionados del Inter, del Palmeiras o del Manchester City volando alegremente a Nueva Jersey mientras sus gobiernos negocian en paralelo la aplicación de un 40% extra sobre bienes exportados a EE.UU.?

¿Y si la llegada de ciertos colectivos se complica por nuevas restricciones migratorias?

No es solo un tema de entrada de mercancías. Es la atmósfera política enrarecida que puede convertir cada desplazamiento internacional en una gincana burocrática. Al final, quizá sí se juegue el torneo… pero no será un Mundial de Clubes: será un Mundial de Paciencia.

🏦 ¿Y la FIFA? Tranquila, pero con las uñas cortadas

La FIFA siempre ha tenido una notable capacidad para mantener la sonrisa mientras el mundo se tambalea. Nadie domina el arte del eufemismo como sus portavoces. Pero la preocupación existe, aunque no se diga en público.

Estados Unidos no solo es sede del evento: es también patrocinador, promotor y símbolo de ese fútbol global que la FIFA intenta embotellar y vender. Si el escenario económico se complica, los patrocinadores (que son menos románticos y más pragmáticos que cualquier aficionado) podrían empezar a recalcular ROI, cobertura televisiva y entusiasmo global.

Y entonces, sí: las ruedas de prensa se llenarán de palabras como “reformulación de calendario”, “flexibilidad logística” y ese clásico del lenguaje FIFA: “garantizar la experiencia de todos los actores involucrados”.

🎭 Final sin épica: cuando el fútbol se encuentra con el proteccionismo

La gran paradoja de todo esto es que el fútbol, ese invento británico exportado a todo el mundo, se enfrenta ahora a la posibilidad de que la globalización que lo hizo rey sea también la que lo ponga contra las cuerdas.

Un Mundial de Clubes sin libertad de movimiento, sin comercio fluido, sin público viajero, sería como una Champions League sin VAR: raro, pero más justo.

La pregunta ya no es si el balón rueda, sino si puede pasar aduana sin pagar recargo. Y en ese escenario, quizá no sea la FIFA quien tenga la última palabra, sino un aduanero de Houston con instrucciones estrictas y escasa afición al fuera de juego.

¿Y si todo esto suena exagerado? Tal vez. Pero recuerda: en 2022 creíamos que un Mundial en Qatar en diciembre era impensable. Y aquí estamos. Así que si en 2025 el mejor gol del torneo se anula por un conflicto arancelario, no digas que no te lo advertimos.

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