Minera 0-5 Real Madrid: Modric llevó la batuta en el día de los niños | OneFootball

El Real Madrid superó el trámite de Cartagonova imponiéndose 0 a 5 a la Deportiva Minera y avanzó a octavos de final de la Copa del Rey

El 6 de enero de 2025 fue mágico. Los Magos de Oriente, como cada año, visitaron cada casa repartiendo regalos, magia e ilusión. Pero, sin lugar a dudas, Cartagena se llevó la mejor parte. Paradójicamente, los Reyes Magos quisieron que el ‘Rey de Europa’ visitara la región murciana para inundar de júbilo las gradas de un Cartagonova lleno hasta la bandera.

El balón comenzó a rodar a las 19 horas, pero no se equivoquen, el partido comenzó muchísimo antes. Comenzó desde el preciso instante en que el azar quiso que Deportiva Minera y Real Madrid se vieran las caras en estos dieciseisavos de final de esta Copa del Rey. Desde entonces, los niños dejaron de imitar a los Mbappé, Modric, Courtois… porque empezaron a querer ser Fran Martínez, Monty o Baradji. Este hecho evidenciaba que, pasara lo que pasara sobre el verde, la Deportiva Minera ya había ganado.

El Real Madrid arrasó a la Deportiva Minera en la primera parte

Sea como fuere, toda esa ilusión, magia y esperanza de la que comenzábamos hablando desapareció en el momento en que el colegiado hizo sonar su silbato para que arrancase este choque para la historia del Llano del Beal.

El Real Madrid, lejos de lo que algunos podrían pensar tras no mostrar su mejor versión en Mestalla, se tomó en serio este duelo desde el primer minuto de juego y la superioridad de los merengues resultó aplastante.

Valverde hizo el primero destrozando las redes de la meta local; Camavinga anotó de cabeza para tener un bonito detalle con un integrante del cuerpo técnico de Ancelotti, dedicándole el gol; y Arda Güler se sumó a la fiesta madridista para redondear un 0-3 al descanso, que pudo ser aún más abultado.

Continuó el recital madridista en la segunda parte

Los segundos 45 minutos no hicieron sino prolongar el monopolio blanco. Por su parte, la Minera trató de revolverse en alguna contra, pero no lograron generar una sensación de peligro real en ningún momento del partido.

Luka Modric, el encargado de manejar la batuta y controlar a su antojo los tiempos del partido, marcó el cuarto y recibió una ovación unánime del público murciano. Asimismo, Arda Güler, con ansias de tirar la puerta abajo y hacerse hueco en la constelación blanca, hizo el segundo en su cuenta particular y el quinto de un partido que solo tuvo un color.