Opinión | A cada duda, un pase | OneFootball

Creo que sé cómo se siente Carlo Ancelotti. Lo intento, pero llevo meses sin escribir algo que merezca la pena ser leído. El problema no es escribir, que consiste en juntar una palabra después de otra; el problema es no tener nada que decir

Puntualmente puedes dar con una frase que salve un párrafo, pero una frase no salva un texto entero. Borrón y cuenta nueva, nuevo documento en blanco; nueva música y nuevos libros, porque si no le hablas a la cultura, debes hacer que la cultura te hable a ti. La mente agradece que leas, pero nunca te explican por qué.

Un conjunto de palabras representa una idea, y una idea es una conexión. Lees palabras nuevas y las que ya conoces adquieren nuevos significados, y puedes hacer conexiones que antes no existían. Últimamente eso no me ha ayudado tanto porque yo escribo sobre lo que siento, y a mi ánimo le va como le vaya al Real Madrid. Yo me esfuerzo en que no se me note porque alguien dijo que hay que mantener una buena cara cuando se mira a la vida, pero no me acuerdo de quién. Me consuelo pensando que incluso los mejores jugadores del mundo no podían contra el Leganés, justo al final de la cuesta de enero. Tuvo que aparecer Gonzalo García para salvar el día, porque el talento a veces es generoso, y cuando tiene el día perezoso deja al trabajo duro salir de la sombra para desfogarse. Ni hablemos de meses perezosos, en mi caso.

Me gustan las ciudades vividas y no olvidaré la primera vez que estuve en Roma, la semana pasada, contemplando la historia grabada en la columna de Trajano, la historia arrancada de los muros del Coliseo o la historia pintada en el techo de la Capilla Sixtina. Un atisbo de algo muy lejano pero cercano a la vez. Nietzsche dijo ningún poder de la tierra podrá quitarte lo que has vivido, y tampoco olvidaré el gol de Gonzalo, porque ya forma parte de esa colección de momentos en los que he visto más veces ganar a la fe que al músculo.

El fútbol del Madrid lleva unos meses en una época de entreguerras, irreconocible para los que no son perros viejos del barro; todavía volviendo a casa después de poder lo imposible en Manchester, Münich y Wembley, pero no sabiendo si estará a la altura de lo que fue una vez —o quince. Los héroes de antaño probablemente nunca estuvieron a la altura de sus canciones, pero todavía se les recuerda. Nosotros tenemos la suerte de poder haber visto sobre el verde lo que habrían sido las canciones más épicas de la antigüedad, donde la táctica alemana llegó hasta donde la fe de Joselu se lo permitió.

Dijo Viktor Frankl que haber sido es la forma más segura de ser y el Real Madrid lo ha sido todo. Hoy vuelvo a ser escritor, pese a las dudas y a las páginas que dejé en blanco durante meses; hoy, el mismo día que el Madrid vuelve a jugar la competición que ha ganado más que el resto, y contra un rival que merece la pena ser derrotado. Eso sí merece ser leído.