1-1: Empate por incompetencia arbitral | OneFootball

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La Galerna

·14 Oktober 2024

1-1: Empate por incompetencia arbitral

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El Real Madrid femenino dejó escapar dos puntos al empatar (1-1) en el derbi de la sexta jornada de la Liga F ante el Atlético de Madrid. Un gran gol colectivo culminado por Caroline Weir mantuvo por delante durante todo el partido a las blancas, confirmando su superioridad, pero la incompetencia arbitral permitió a Vilde Bøe Risa devolver la igualdad desde el punto de penalti al equipo colchonero.

La única actitud lógica a mantener en una competición deportiva en la que un factor determinante del juego tiene la capacidad de alterar el resultado de forma aleatoria es la de distanciarte ampliamente en el marcador para no sufrir las consecuencias de la ruleta rusa. En el derbi madrileño disputado en el Alfredo di Stéfano, el Real Madrid salió a jugar con la lección aprendida y acosó de forma continua la portería del Atlético de Madrid. Optó por rotar Alberto Toril, dando más importancia a los choques de Liga de Campeones que flanqueaban el partido liguero, y en el


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La superioridad madridista fue rubricada cuando apenas corría el minuto siete. Por banda izquierda, una combinación entre Linda Caicedo y Caroline Weir iniciada en el centro del campo maduró hasta llegar al área, siempre enlazándose buenos movimientos, y allí Signe Bruun pivotó y asistió de tacón a la escocesa, que disparó duro con su zurda para hacer inservible el intento de parada de Lola Gallardo. El 1-0 abrió la puerta a una larga fase en la que el Madrid obligó a su rival a vivir replegado en torno al área, sin apenas posibilidades de respirar, y donde las blancas recuperaban la posesión una y otra vez muy lejos de Misa Rodríguez.

La incompetencia arbitral permitió al Atleti devolver la igualdad desde el punto de penalti

En el otro extremo del campo, el Atleti cedió sus escasas balas a la clarividencia de una Rash Ajibade insistente pero casi siempre bien defendida colectivamente por la zaga madridista. Si fallaba la marca de Olga Carmona, allí acudía expeditiva Maëlle Lakrar, que firmó un partidazo sustentado en sus fantásticas coberturas. La francesa, que además suma con el balón en los pies, dio una exhibición de valentía y acierto en cada tackle al suelo que hizo. La primera acción de verdadero peligro llegaría rebasada la media hora en un disparo fuera, mientras que la segunda, ya en el alargue previo al descanso, quedó anulada al recibir Misa una falta leve al buscar un balón aéreo que acabó en la red.

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El protagonismo bajo palos, en cualquier caso, estaba en el área rojiblanca y la segunda parte vendría a exacerbar la tendencia. Aunque en uno de los costados no tuvo su día Naomie Feller, en el otro lo compensó Linda Caicedo con sus continuas aceleraciones. A la jovencísima atacante le sigue faltando, como es natural, el temple definitivo para doblar su ratio de goles por acción, pero la actitud de la colombiana fue encomiable. Los disparos que realizó, aunque centrados, encontraron a una muy inspirada Lola Gallardo, que se vio obligada a sostener a las suyas en el tramo final de partido. Por momentos pudo faltarle veneno e instinto asesino al Real de cara a gol, pero la guardameta sevillana acabaría la noche firmando la que probablemente sea la mejor actuación de su carrera.

En el contexto amplio de la competición quizás sea necesario que los errores arbitrales de bulto tengan consecuencias directas a fin de que los clubes alcen la voz y se planten ante tal despropósito

Las intentonas del Madrid, pues, se vieron contrarrestadas por la portera colchonera y, en esas, la distancia mínima en el marcador penalizó con gravedad al equipo de Toril a menos de un cuarto de hora del final. El Atleti iba desfondándose poco a poco y sus opciones de rascar un punto se alejaban a cada minuto, pero bastó un despeje limpio de Teresa Abelleira dentro del área local para que el partido diese un vuelco. Al tiempo que la centrocampista gallega mandaba el balón lejos del peligro, Gaby García cayó al suelo simulando un golpe: una triquiñuela clásica y fácil de apreciar. Sin embargo, la colegiada Paola Cebollada López señaló el punto de penalti para volver a confirmar la absoluta aleatoriedad de un campeonato a merced del indecente e injustificable nivel de su arbitraje.

Vilde Bøe Risa supo engañar a Misa Rodríguez desde los once metros para poner el 1-1 y, a pesar de quedar tiempo para recuperar la ventaja, la sensación de infortunio fue total. El Real Madrid lo intentó en tromba y tanto Alba Redondo como Caicedo estuvieron a punto de cantar gol, pero fue imposible superar a Lola Gallardo. Aunque el 2-1 habría devuelto la felicidad y la satisfacción de los tres puntos conseguidos a las madridistas, en el contexto amplio de la competición quizás sea necesario que los errores arbitrales de bulto tengan consecuencias directas a fin de que los clubes alcen la voz y se planten ante tal despropósito. Hasta entonces, las futbolistas del Real deberán seguir saltando al césped con la idea de jugar siempre con una ventaja mínima de dos goles. Lo contrario, en esta Liga F, es comprar números para la desgracia.

Fotografías: realmadrid.com

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