El muro de hielo | OneFootball

Foto: LFP

El Celta logró ayer dejar la portería a cero, algo muy poco habitual esta temporada, ya que solo lo ha conseguido en dos ocasiones. En la novena jornada ante la Unión Deportiva Las Palmas, de forma muy meritoria por lograrlo jugando con dos menos durante más de 40 minutos, y ayer ante el Getafe, donde acabó con superioridad numérica.

Gran parte del mérito de estas dos porterías a cero ha estado en la actuación de Carl Starfelt. El defensa sueco está siendo uno de los jugadores más destacados del equipo celeste en los últimos encuentros, alcanzando anoche un rendimiento extraordinario para firmar su mejor partido en el presente ejercicio.

El escandinavo fue una auténtica pesadilla para Uche, al que acosó por todo el terreno de juego, sin que pudiera desplegar su juego. Se convirtió en un muro, en algún caso de forma literal, como en la mejor ocasión del equipo madrileño, con un doble disparo, el primero repelido con la cara por el zaguero céltico, y el segundo detenido por Vicente Guaita, en los minutos de más agobio para el equipo de Claudio Giráldez, que con la expulsión de Berrocal acabó dominando a placer el encuentro.

Starfelt se ha consolidado en la titularidad, formando parte del trío de centrales que se ha hecho más habitual en los últimos partidos, junto a Manquillo y Marcos Alonso. Tiene mucho mérito la continuidad que están teniendo con Claudio Giráldez, un técnico que acostumbra a realizar muchos cambios en los equipos iniciales, pero que parece haber encontrado en este triunvirato a sus zagueros más confiables.

Carl Starfelt llegó a Vigo en el verano de 2023 procedente del Celtic de Glasgow. El Celta pagó más de 4 millones de euros por el fichaje de un futbolista que debía convertirse en el jefe de la zaga céltica, y que llegó a capitanear al equipo con apenas cinco o seis partidos de experiencia. Con el paso de las jornadas fue perdiendo importancia, y parecía un jugador poco propicio para el esquema de Claudio Giráldez, pero ha demostrado una capacidad de adaptación digna de encomia, que le ha llevado a convertirse en indiscutible para el porriñés, y en uno de los jugadores más en forma de la actual plantilla celeste.