Offsider
·11 Januari 2025
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·11 Januari 2025
Rayo 2-1 Celta. Íñigo Pérez, al término del partido, resumió perfectamente lo que significan estos tres puntos: «Estamos más cerca del objetivo. Estamos a cinco de Europa. Ojalá terminemos la temporada de esta manera». Así empezó el entrenador la rueda de prensa en su noche más especial como míster del Rayo Vallecano. No han sido tiempos fáciles para el discípulo de Andoni Iraola. El caso James Rodríguez le ha desgastado mucho durante estos meses. No lo va a reconocer en público, pero el cansancio por este asunto le ha consumido demasiado. Por otro lado, hace unas jornadas llegó a estar cuestionado y esta semana, la afición franjirroja ha podido comprobar como está el panorama respecto a su figura.
Porque después de una rueda de prensa y otra también, Íñigo Pérez ha sido acribillado por toda Colombia, por algunos periodistas y, además, puesto en la diana de forma indirecta por su presidente, Raúl Martín Presa. El máximo mandatario del Rayo Vallecano ha permitido que sus amigos de la prensa, los Josep Pedrerol, Edu Aguirre y compañía, hayan cuestionado la labor de un director técnico que, con sus aciertos y errores, se ha dedicado únicamente a trabajar y a responder de forma educada a todo el personal. Tal ha sido el abuso, que hasta Óscar Valentín, uno de los capitanes, tuvo que salir al paso en redes sociales: «Periodismo lo llaman», afirmó el de Ajofrín en X durante esta semana.
Porque el progreso se ve en esta plantilla. Como reflexionó ante los micrófonos, al propio DT de La Franja se le hubiera escapado este partido la temporada pasada: «Lo que era desconfianza ahora es confianza. Hay que aprovechar el momento. Eso sí, tenemos que limitar la euforia». No va por mal camino. El Rayo Vallecano suele bajar el ritmo en las segundas vueltas y siempre acaba sufriendo. De hecho, esta tendencia es uno de los deberes a corregir de cara a lo que resta de campeonato.
En un partido que fue marcado por la igualdad, esta victoria significa estar 10 puntos por encima del descenso a la espera de saber lo que sucede en el resto de la jornada. Como una especie de conjuro mágico, la noche parecía destinada para Íñigo desde el primer tiempo. Cuadra Fernández, árbitro del encuentro, le comentó que tenía que ponerse un peto si quería continuar en el área técnica. Incrédulo, el técnico accedió a sumar dicha prenda por encima de su camiseta blanca de manga corta, demostrando que no tiene frío a los 7 grados que hacía a la hora del partido en la capital de España: «Me ha dicho que podía llevar a equívocos y me lo tuve que poner. No fue por superstición, tengo siempre calor interno y me sobra todo. Me ha sorprendido, nunca me lo habían dicho», conversó con la periodista de DAZN al término del partido.
Su protagonismo estaba destinado para el final del encuentro. Estando dentro de las instalaciones del Estadio de Vallecas, el míster fue llamado por la afición y los jugadores para que saliera a celebrar el triunfo. Un gesto que no olvidará en su vida. La idea fue organizada por Óscar Trejo, que no participó en el juego, pero que su amor por La Franja es eterno. El argentino, leyenda del Rayo Vallecano, demostró una vez más que la familia es más importante que un simple jugador. El plantel rayista tampoco se olvidó de Carlos Beceiro. Doctor durante décadas del cuadro franjirrojo, ha iniciado de manera triste el 2025, ya que perdió a su hermano. Asimismo, se guardó un minuto de silencio antes de la disputa del duelo de esta jornada 19 por su pérdida.
El Rayo Vallecano, una vez más, demostró que tiene a la afición más fiel del fútbol español. Un 10 de enero que será inolvidable y que se valorará con el paso del tiempo. La única realidad es la resistencia de un club que ha soportado el ego de James Rodríguez, donde su figura ha sido alarga por el periodismo tóxico de nuestro país, todo por favores marcados por una amistad televisiva que no les fue bien ante Zinedine Zidane (ese sí que es una leyenda) y que han querido repetir con Íñigo Pérez.
Pues bien, esta injusticia ha unido más un rayismo que se encuentra en el momento más fuerte de la temporada. De un posible centenario tétrico, ahora se dibuja un panorama lleno de esperanza donde se quiere dar un golpe sobre la mesa en los octavos de final de la Copa del Rey. Mientras, la familia sigue cantando ¡La Vida Pirata! Siete partidos consecutivos sin perder y un mes invictos. En definitiva, se respira un aura ganadora que se resume en dos cuestiones: el trabajo de Íñigo Pérez y el compromiso de un vestuario que está a muerte con su entrenador. ¿El resultado? Una afición que nunca falla ante las adversidades. Listos para soñar.