IAM Noticias
·16 Januari 2025
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·16 Januari 2025
Un Barça descomunal de la mano de la estratosférica joya de 17 años aplastó al Betis en un partido que demuestra que la fiesta continúa.
El Barcelona ha empezado el 2025 a lo grande. Institucionalmente, estos quince primeros días han sido una montaña rusa, pero en el campo el equipo de Flick es un portento de la mano de un Lamine Yamal descomunal al que le sigue un equipo en estado celestial. Pasó el Barça a cuartos de final de la Copa tras ganar al Betis por 5-1, pero a nadie le hubiera extrañado que el resultado hubiera sido de siete u ocho goles para los catalanes, que desarbolaron a los de Pellegrini en un partido en el que el VAR se manifestó contra el arte futbolístico.
Las rotaciones de Flick tuvieron tanto de descanso para los afectados como de ensayo pensando en el futuro. Especialmente, en el caso de Lewandowski. Con Ansu fuera de la ecuación y Ferran Torres sin deslumbrar, el alemán aprovechó la Copa para ensayar con Dani Olmo como falso nueve. En la media, De Jong disfrutaba de su enésima oportunidad para dejar de ser un sospechoso habitual.
Y el invento de poner a Dani Olmo en una zona indetectable para el Betis resultó un éxito total. El Barça destrozó al Betis en un partido sensacional que era la continuación del repaso que el domingo le dio Barça al Madrid en Yeda. A los tres minutos, Gavi recibió una asistencia de Olmo y anotó el primero. A partir de ahí, empezó el martirio para el Betis, que aguantó gracias a Vieites, que antes de los 30 minutos había evitado, con ayuda del palo, otros tres goles del Barcelona.
El Betis no pasaba de medio campo y los de Flick sólo podían desmoralizarse ante el 1-0, un resultado demasiado corto para los méritos de un Pedri que dominaba el partido, un Gavi a toda mecha, un Olmo transparente para los béticos y un Lamine Yamal que vale el precio que se pida por cualquier entrada.
El extremo de 17 años ofreció un recital de regates, controles y asistencias de tal magnitud que convirtió a su socio de banda, Koundé, en Cafú. El francés marcó el 2-0 tras una jugada fabulosa del Barça con asistencia final de Lamine Yamal e incluso marcó otro, aún mejor, que el VAR anuló por la punta de una bota. El VAR contra el arte.
A favor del Betis hay que decir que aún viéndose aplastado en una primera parte primorosa del Barcelona, nunca le perdió la cara al partido. Ni cuando Ruibal se tuvo que ir lesionado a los 23 minutos. Incluso aprovechando el agujero del Barça en la banda de Gerard Martín, Vitor Roque tuvo en sus botas la opción de marcar, pero Iñaki Peña demostró que no quiere perder de nuevo la titularidad.
El Betis subió la presión al inicio de la segunda parte, pero el Barça de la mano de un Lamine Yamal desatado aprovechó los espacio. La estrella blaugrana marcó el tercero, pero el VAR insistió en ir contra el arte. Se anuló otro golazo tras llevar el vídeo a dos minutos antes del tanto. La decisión enfadó a Lamine, que a la jugada siguiente pilló la pelota en la frontal de su área, cruzó todo el campo dejó sentado a Bartra y Raphinha recogió un rebote para marcar el tercero. Ni el VAR pudo oponerse esta vez. Y el Barça siguió apretando. Todo salía bien. Entró Ferran y en la primera pelota que tocó marcó el 4-0.
Y, como si fuera un signo de justicia, Lamine marcó el quinto. El asistente lo anuló en primera instancia, pero esta vez, hasta a la máquina del VAR le dio vergüenza anular el gol. Lamine conseguía su gol y ya podía irse al banquillo después de un partido sensacional que Vitor Roque maquilló con un gol de penalti. Este Barça, de la mano de Lamine Yamal ha empezado el año aplastando.
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