River Plate tuvo una floja actuación y fue goleado por Atlético Mineiro en Brasil | OneFootball

Atlético Mineiro goleó a River Plate 3-0, en Belo Horizonte, por el partido semifinal de ida de la Copa Libertadores y le complica mucho el panorama para la vuelta, a disputarse el martes próximo en el estadio Monumental. Deyverson, con dos goles y una asistencia, fue la gran figura ante un equipo de Marcelo Gallardo deslucido y sin generación de juego.

Había arrancado mal la noche para River: en el precalentamiento, Marcos Huevo Acuña se resintió de su lesión y quedó marginado del partido, dejándole su lugar a Enzo Díaz. Y cuando la pelota empezó a rodar, el local, dirigido por Gabriel Milito, impuso su juego.

De entrada, hubo una mano de Leandro González Pirez dentro del área, ignorada por el árbitro chileno Jesús Valenzuela y por el VAR. El buen juego del conjunto brasileño y la intrascendencia de River marcaban la realidad del cotejo.

Deyverson desde el comienzo se convirtió en figura excluyente: por su atrevimiento para atacar, su prestancia para tocar y también, como aspecto negativo, por sus provocaciones y sus exageraciones ante cada roce.

Un largo pelotazo fue captado por Hulk, que le ganó físicamente el espacio a Germán Pezzella y le dio el pase corto a Deyverson, quien dejó en el camino a Franco Armani y con un toque sutitl puso el 1 a 0, a los 21 minutos.

River no tenía volumen de juego, ni claridad. Algún arresto individual de Miguel Borja o de Facundo Colidio no significaron preocupación para la defensa local. En el mediocampo el equipo de Gallardo no tenía presencia, ni eficacia.

Recién, a los 15 minutos del segundo tiempo, con los ingresos de Manuel Lanzini, Maximiliano Meza y Rodrigo Villlagra, empezó a darse una mejoría. Sin embargo, en ese amague de recuperación de River llegó el segundo gol de Atlético Mineiro.

Guillherme Arana le dio un pase perfecto para la entrada en diagonal de Deyverson, quien desde la izquierda sacó el zurdazo bajo que pegó en el segundo palo y entró, a los 24 minutos. El goleador de la noche no sólo era efectivo para anotar, sino que además era gran factor de desequilibrio e influencia.

Y completó su partido perfecto con una asistencia exacta y un notable gesto técnico, para que Paulinho sacase el disparo que se desvió en Paulo Díaz y le puso envase de goleada al triunfo del equipo de Milito y con Alan Franco, Fausto Vera y Rodrigo Battaglia en cancha.

Aunque en fútbol todo es posible, este abultado resultado conspira contra las ilusiones de River Plate por acceder a la final -que se disputará justamente en su estadio-, la semana próxima se comprobará si la hazaña es posible.