Xabi Alonso impone el método “mourinhismo” en el Real Madrid | OneFootball

El Real Madrid ha activado una nueva etapa de firmeza y exigencia táctica, alejándose del estilo más permisivo que caracterizó a la reciente era de Carlo Ancelotti.

Con la llegada de Xabi Alonso al banquillo del primer equipo y el ascenso de Álvaro Arbeloa al Castilla, el club blanco traza una línea directa hacia el recuerdo de una figura que marcó profundamente la institución: José Mourinho.

No es casualidad. Ni un movimiento aislado. Esta estrategia de Florentino Pérez recuerda con claridad a la que ejecutó en 2010, cuando, tras una temporada sin títulos bajo las órdenes de Pellegrini a pesar de los 96 puntos en Liga, apostó por el técnico luso para plantar cara al mejor Barcelona de la historia.

Un patrón que se repite 15 años después

Aquella decisión inició lo que muchos llamaron los “años de plomo”, con un Mourinho que aterrizaba en el Bernabéu después de eliminar al Barça de Guardiola en semifinales de Champions y consagrarse campeón con el Inter. En ese vestuario estaban dos de sus hombres de confianza: Xabi Alonso y Álvaro Arbeloa, quienes hoy, desde diferentes cargos técnicos, lideran el nuevo proyecto deportivo del club.

A este dúo se suma otra figura con pasado blanco y cercanía con Mourinho: Diego López, quien podría convertirse en el segundo de Arbeloa en el filial, completando así un núcleo técnico profundamente influenciado por el ideario del portugués.

Xabi Alonso

(Photo by Pau Barrena/Getty Images)

De la mano blanda al control total

Durante la era Ancelotti, el Real Madrid vivió momentos de brillantez futbolística, estabilidad emocional y gestión serena del vestuario. Sin embargo, la cúpula madridista parece haber detectado señales de comodidad y relajación, especialmente en los últimos meses del ciclo. El fichaje de Xabi Alonso no solo apunta a renovar el estilo de juego, sino a recuperar una disciplina férrea, estructura táctica y mentalidad de acero.

Xabi y Arbeloa comparten una visión de fútbol pragmática, exigente, con un enfoque en la competitividad por encima de la complacencia, muy en sintonía con la escuela que les marcó durante su etapa como jugadores.

Mourinho no solo dejó títulos en el Santiago Bernabéu (una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa), sino que impulsó una cultura de exigencia máxima, rivalidad directa contra el dominio del Barça y un estilo de comunicación frontal que marcó una época.

Su paso por el Madrid también dejó huella táctica: presión alta, transiciones rápidas, jerarquías claras en el vestuario. Incluso hoy, jugadores que formaron parte de aquel ciclo reconocen que el “mourinhismo” fue más que una estrategia: fue una idea de identidad.