
La Galerna
·26 aprile 2025
3-2: El Madrid se pierde

La Galerna
·26 aprile 2025
El Madrid pierde una final que no pocos pedían que no hubiera jugado. Y la pierde merced a errores propios. El Madrid se pierde solo. Si bien es cierto que compitió mejor de lo esperado.
Comparecía el Real en La Cartuja después de que los jueces encargados de arbitrar mostraran su animadversión pública hacia él. De Burgos Bengoetxea y González Fuertes se quitaron la careta en directo en representación del CTA. Expresaron con palabras —y sollozos— lo que todos sabíamos.
La alineación de Ancelotti también ilusionó a los hinchas. Lucas en el lateral derecho, Mendy directo al once y Mbappé, aún no al 100 %, en el banquillo. Tchouaméni, Valverde, Ceballos y Bellingham en el medio y arriba los dos brasileños.
Como era previsible para todos menos para Carlo, que se marcó un Diego Costa, Mendy se resintió de su lesión antes del minuto 9 y hubo que gastar un cambio y una ventana para que entrase su sustituto Fran García. Probablemente, para el próximo partido, el técnico italiano alinee a Lucas Vázquez tanto en el lateral derecho como en el lateral izquierdo. El error de Ancelotti fue lo más destacable en un primer cuarto de hora donde no ocurrió nada interesante.
El Barça reclamó penalti por mano de Valverde, que tocó el balón cuando su extremidad iba camino de apoyarse en el suelo. Es decir, no punible, y por tanto razón suficiente para que el equipo médico habitual vociferase que ya estaban favoreciendo los colegiados al equipo que se enfrentaba al club que se compró el estamento arbitral.
El Madrid pierde una final que no pocos pedían que no hubiera jugado. Y la pierde merced a errores propios
Poco después, el equipo de los inscritos gozó de dos buenas ocasiones: un disparo cruzado de Lamine que se marchó fuera por menos de lo que quizá pensó Courtois y un buen cabezazo de Koundé despejado no menos bien por el belga.
El Madrid no creó peligro hasta después de los veinte minutos. Asencio rompió las líneas azulgranas con un pase largo y preciso para Bellingham. El balón acabó en los pies de Fran, pero la defensa desbarató su intento de disparo.
Cuando iba a cumplirse el 28' Yamal pasó hacia atrás al borde del área y Pedri marcó merced a un potente disparo. No había absolutamente nadie marcando al autor del gol. No había absolutamente nadie en hectáreas a la redonda. No había absolutamente nadie... no había absolutamente nadie.
Siete minutos después, Jude anotó en fuera de juego claro. Salvo un par de jugadas aisladas, la primera parte de los blancos estaba siendo tétrica.
Un saque de esquina de Olmo acabó en la madera tras deslizarse el cuero entre defensores y atacantes. Poco después, Lamine Yamal fingió burdamente sufrir dolores de parto después de que Ceballos le tocase. Es normal que España quiera tanto a este chico, lo tiene todo. Además, hoy nos deleitó con un nuevo peinado elegantísimo.
En el 46', De Burgos pitó un claro penalti sobre Vinícius, pero le avisaron que tenía que desdecirse para señalar fuera de juego. Minutos después mostraron los habituales muñecos pero no el momento del golpeo, con lo cual hay que hacer un nuevo acto de fe.
Así se llegó al descanso con solo 1-0 en el marcador. El juego del Madrid había sido atractivo y entretenido como observar el movimiento de las placas tectónicas, pero la escasa renta del Barça hacía posible aún la victoria.
Aunque parezca asombroso, el Madrid mejoró después de la entrada al partido de buenos jugadores
La segunda parte arrancó con Mbappé sobre el césped. Entró en sustitución de un Rodrygo que al parecer había disputado los primeros cuarenta y cinco minutos.
El Madrid robó un balón, Jude se lo cedió a Vinícius y el extremo remató dos veces consecutivas, y dos veces consecutivas despejó Szczęsny. La cosa pintaba bastante mejor.
Y entonces Ancelotti retiró a Lucas Vázquez. Junto a él, a Ceballos. Introdujo a Güler y a Modric. Poco después, Vini estuvo a punto de meterla otra vez. El brasileño lo intentó varias veces más. Aunque parezca asombroso, el Madrid había mejorado después de la entrada al partido de buenos jugadores.
En el 67', Mbappé realizó un regate mágico para plantarse ante Szczęsny. En ese momento, De Jong lo agarró mientras estaba tirando. De Burgos Bengoetxea no mostró la roja porque es De Burgos Bengoetxea, pero le salió el tiro por la culata, ya que Kylian la clavó de falta y colocó el 1-1.
Una contra fantástica de Vini no terminó con el 1-2 porque el pase de la muerte del siete no llegó al nueve. La jugada había surgido de otro robo. El juego de los blancos había subido varios niveles y la remontada —momentánea— no tardó, pues Tchouaméni incrustó de cabeza en la red un balón servido magistralmente por Güler desde el córner. Es lo que tienen los buenos, que saben centrar.
Courtois realizó a Lamine la parada a Salah de la 14 en el 81', y cuando parecía que al Madrid le bastaba con aguantar un rato, una acción defensiva muy mejorable la aprovechó Ferran para empatar el partido.
Un par de minutos antes del noventa, Brahim sustituyó a Vinícius.
El partido se dirigía a la prórroga y Rüdiger golpeó en la pierna de Ferran dentro del área del Madrid. Bien podría haber señalado penalti De Burgos. No lo hizo. Sin embargo, sí lo pitó poco después, en el último minuto. Raphinha se tiró ante una entrada arriesgada de Asencio. El defensa del Madrid no tocó al jugador azulgrana, que se marcó un Penalba de manual. El colegiado fue al VAR, comprobó el piscinazo, dictaminó que no había pena máxima y amonestó al blaugrana por simular.
Ya en la prórroga, Brahim gozó de una oportunidad tras jugada de Mbappé, pero chutó mal. El Madrid estaba de nuevo buscando el gol con ahínco y el Barcelona aprovechó para armar una contra que fue desbaratada por Fede.
En el 103, el minuto, no el brandy, poco faltó para que Ferran adelantase al club cliente de Negreira. Al inicio de la segunda parte de la prórroga sí marcó, pero en fuera de juego.
Rüdiger, que se estaba dejando la salud defendiendo la camiseta del Real Madrid, no aguantó más y en el 110 dejó su lugar a Endrick. Tchouaméni —cuajó otro gran encuentro— bajó a la defensa.
En el 112, un nuevo centro preciso de Arda no lo remató a gol Jude porque Koundé le empujó lo justo para impedírselo. Quedaban ocho minutos para intentar evitar los penaltis. Y fue precisamente Koundé quien los evitó al anticiparse a Brahim, robar el balón y marcar desde lejos.
Todos los goles del Barcelona ocurrieron gracias a errores del Madrid. El equipo blanco pudo ganar la Copa del Rey. Se sobrepuso a la alineación de Ancelotti y al mal juego de la primera mitad. Compitió con dignidad, pero no fue suficiente.
El partido concluyó con la expulsión de Rüdiger tras lanzar un hielo al campo.
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