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La Galerna

·13 ottobre 2024

Cómo provoca Vini

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Uno anda ya tan desorientado con los parones internacionales y los virus FIFAS que ya no sabe ni por dónde le da el aire, ni cuándo regresa la Liga de Tebas, la nueva Shempions de los prodigiosos cálculos matemáticos o los dieciseisavos de final de la Copa de Su Majestad El Rey contra el Racing Lermeño de turno. Es más, y así lo saludan unánime las primeras planas de la prensa deportiva, al parecer ayer la selección española campeona de Europa se enfrentó y derrotó en Murcia a la legendaria Dinamita Roja danesa.

No obstante, en esta ocasión el olor a podrido no venía de Dinamarca… sino de más abajo, concretamente del Metropolitano, one more time.


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Tampoco lo verá usted en las portadas, amigo galernauta.

De hecho, ahí las tiene.

El mejor uso que pudiera darle es envolver su carpeta del instituto con recortes de Zubimendi si usted fuera una quinceañera enamorada de donostiarra con posibles. Del esperpento putrefacto al que nos referimos, y que nada tiene que ver con Dinamarca, ni una coma en portada. Hay que ver cómo provoca Vinícius.

La historia comienza con otro fenómeno lúdico-balompédico alternativo que nada tiene que ver con la Superliga de Florentino, sino con los nuevos streamers comunicadores como Dj Mario, Ibai Llanos y compañía, y sus competiciones variopintas de pseudofútbol al desternille con presidentes de clubes a la noventoide como Piqué y Casillas. Una cosa rara que anoche mutó en una suerte de All Star futbolístico en un duelo entre estrellas del Youtube patrio y figuras del Youtube francés, un España-Francia en definitiva disputado en un Metropolitano, curiosamente patrocinado por Civitas, precisamente allá donde la civilización brilla por su ausencia. Al parecer algo venía de antes, y se habían picado mucho en un partido anterior disputado en París, pero para el caso conviene confesar que a uno esto del Twitch ya le pilla mayor, no todos tenemos el tiempo libre de Luis Enrique para estos menesteres.

Sin embargo, no conviene perder la perspectiva: anoche había nada menos que un millón de personas siguiendo la retransmisión en directo de este duelo de las estrellas del Youtube hispanofrancés, además del ¿respetable? presente en las gradas del Metropolitano. Es decir, el nuevo aficionado a esto se lo toma muy en serio, fíjense en cómo celebró su gol de penalti DJ Mario: como si estuviera en un derby en el Metropolitano.

No era un derby. Pero seguía siendo el Metropolitano.

Así las cosas, regresó el esperpento. Esta vez no fue un chaparrón de mecheros o una fina lluvia constante de amenazas de muerte, tampoco tiraron a nadie al río o asestaron puñalada alguna. Anoche se regresó a lo básico, lo primitivo, lo propio de estos imbéciles; a lo simiesco. Fueron gritos guturales y gestos variados de rascamiento de sobaco los que acabaron por encender los ánimos de los jugadores de la selección de youtubers franceses que, tras enfrentarse a la grada, decidieron abandonar el verde entre aplausos burlones de “España, racismo” en el túnel de vestuarios. Bochorno mundial. Otro más. Hay que ver cómo provoca Vinícius.

Pudiera concederse que lo de anoche en el estadio de los mil nombres (Metropolitano, Wanda, Riyahd Air, Civitas) y mil y un insultos por una vez no fue cocinado por los neonazis del Frente Atlético. Por lo que se deduce de las imágenes que pudimos ver ayer, en esta ocasión no se trata de ningún energúmeno nostálgico del Reich que no sabría ni decir “hola” en alemán, sino directamente de otro tipo de gilipollas, el básico, el que hace lo que ha visto en casa por la tele o se anima a hacer el mono porque lo hacen sus colegas. Claro, que cuando el negro ofendido te pide explicaciones, aludir acongojado a un repentino picor en las axilas como que no cuela.

Y no quisiéramos ser ventajistas aquí para solidarizarnos sin fisuras con un tal Koko, un jugador de color que formaba parte anoche de la selección española de youtubers, que se acercó a la grada del Metropolitano a pedir calma a los tontos de la noche. Hasta aquí todo bien… salvo por los prepotentes exabruptos regurgitados por el susodicho Kokó cuando otro jugador de su misma raza y color, a otro nivel y en otro Liga por supuesto, era vilipendiado en cada jornada fuera del Bernabéu entre pitos, insultos y gemidos primitivos.

Ayer tuvo que salir llorando del campo, y nos duele decirte que así de ignominiosas resultan las humillaciones del alma, Kokó. Lo cierto es que verte abandonar el verde siendo consolado por el soplagaitas pirómano de Cristóbal Soria vestido de árbitro es prácticamente justicia poética. El primero, que se reía de un Vinícius sacudido por estadios enteros; el segundo, que fue quien prendió la mecha del odio contra el carioca haciendo el payaso en chiringuitos varios. Lo decíamos antes. A pesar de esto, Kokó cuenta con toda la solidaridad de La Galerna. El otro se puede ir a buscar amapolas, que diría el gran José María Gutiérrez “Guti”.

Ha quedao buen domingo para el portanálisis, amigos galernautas.

Incluso me ha dado por mirar si lo que ayer jugó España en Murcia valía para clasificarse para el Mundial ese que nos van a quitar por culpa de Vinícius y no del Frente Atlético, Rubiales, Tebas, Rocha, Villar o Negreira. Pues resulta que no.

A ver si con el Mundial 2030 al final va a resultar lo mismo.

Y a ver a quién le echan la culpa con tremendos dídimos toreros.

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