Parceros, los conciertos están afectando el buen espectáculo | OneFootball

¡Parce, otra vez la misma historia en el Atanasio! Esta vez fue el concierto de Maluma el que dejó la cancha como si hubieran pasado mil caballos por ahí. Y vea pues, justo antes del partido de Nacional contra Pasto. No es por ser canzón, pero uno se pregunta si de verdad están pensando en el fútbol o si solo les importa la taquilla del concierto. El Atanasio no es solo un escenario, es el templo del verdolaga, ome.

Atlético Nacional siempre se ha caracterizado por un estilo de juego limpio, con la pelota al piso, mucha movilidad y asociación. Pero ¿cómo se puede jugar así si el gramado parece una colcha de retazos? El balón no rueda bien, los pases se frenan, los piques no sirven, y el equipo pierde su esencia. El verde no puede mostrar su jerarquía si la cancha no lo deja.

Y ojo que esto no es un ataque contra la música ni contra Maluma, que además es paisa y se le quiere. El problema es la organización. ¿Por qué no se puede cuadrar una agenda que respete el calendario deportivo? ¿Por qué no hay un plan serio para proteger el césped después de estos eventos? Nacional se juega puntos claves en cada fecha, no se le puede seguir poniendo a jugar en estas condiciones.

Los hinchas que van al estadio también sienten la diferencia. El espectáculo se ve dañado, el juego se vuelve enredado y hasta los que ven por televisión notan que algo no está bien. Nacional pierde, el espectáculo pierde, y hasta la ciudad queda mal parada. El fútbol es pasión, es identidad, y merece respeto.

Ya van varias veces que pasa esto, parcero, y cada vez se siente como un déjà vu frustrante. Si vamos a compartir el estadio, que sea con reglas claras y con una cancha en condiciones dignas. No se puede seguir parchando el césped como si fuera una alfombra vieja. Esto necesita gestión seria, inversión y, sobre todo, compromiso con el fútbol paisa.

Así que desde este rinconcito verdolaga alzamos la voz con cariño pero con firmeza. ¡Respeten el fútbol, ome! El Atanasio es nuestra casa y no se puede seguir parchando por intereses ajenos al juego. Que vivan los conciertos, sí, pero sin pisotear el alma del balón. ¿Será mucho pedir jugar en una cancha decente? ¡Vamos Nacional, que esto también se juega fuera de la cancha!