DaleRojo
·01 de junho de 2025
DaleRojo
·01 de junho de 2025
Parce, ¿quién no ha tenido un día oscuro? Anoche en el Atanasio nos tocó ver cómo se nos escaparon dos puntos que ya sabían a victoria. Un error, sí, un error de Washington Aguerre, que terminó costándonos el empate frente al América en el arranque de estos cuadrangulares. Duele, claro que sí, pero este no es momento de tirar la toalla ni mucho menos de crucificar a un jugador que ha venido dándolo todo por el Rojo.
Washington es humano, mi llave. Así como nosotros nos pelamos en la vida diaria, él también puede tener un resbalón. Pero ojo, ¡resbala el que va caminando, el que se la juega, el que no se esconde! Y eso lo ha hecho Aguerre desde que llegó: dar la cara y poner el pecho por este escudo. Así que no es momento de silbar, es momento de abrazar.
Aquí no hay espacio pa’ las culpas eternas, aquí lo que hay es un equipo que sigue vivo, que tiene 5 finales por delante y que necesita de todos: jugadores, cuerpo técnico, y sí, también de nosotros, los de la tribuna, los del alma, los del aguante. Este barco se saca a flote con aliento, no con reproches.
¿Se cometió un error? Claro. ¿Nos dolió? Un montón. Pero así como celebramos las atajadas salvadoras de Aguerre, también debemos estar ahí cuando las cosas no salen. No es fácil pararse bajo los tres palos con todo un estadio encima, y aún así, el man siempre ha mostrado carácter. ¡Ese es el tipo de jugador que queremos!
No nos dejemos llevar por la calentura del momento, parce. Este equipo ha demostrado que sabe levantarse, que en las difíciles también da guerra. Si algo ha enseñado la historia del Poderoso, es que cuando más nos golpean, más fuerte nos ponemos. Y eso empieza por respaldar a los nuestros, no por señalarlos.
Lo que viene son cinco batallas donde hay que dejar la vida. Y si queremos ver al Rojo en la final, tenemos que estar unidos como una sola voz, como una sola hinchada, como una sola familia. Así que parceros, es hora de cobijar al uruguayo, darle fuerza, porque sabemos que se va a levantar con más hambre de gloria.
Desde las gradas, las redes y el corazón, hagámosle saber que estamos con él. Porque ser del DIM no es solo cantar los goles, es también ser abrigo en la tormenta. ¡Vamos todos juntos por esa estrella, parceros! Que lo mejor de esta historia todavía está por escribirse… y lo vamos a escribir con tinta roja.
¡Una locura los últimos minutos del DIM vs América!