La Galerna
·07 de novembro de 2024
La Galerna
·07 de novembro de 2024
Tras la última debacle blanca del martes en el Santiago Bernabéu, la antaño imponente silueta de Carlo Ancelotti ha quedado prácticamente sentenciada para la mayoría de nuestra afición. Parece innegable que el italiano ha perdido el rumbo del equipo que hace escasos meses se coronaba como rey de Europa. Tras casi tres meses de temporada, el legendario técnico de Reggiolo no encuentra las soluciones que lleva buscando casi desde el principio de la misma, y ello a pesar de los numerosos cambios de sistemas, probaturas y permutaciones de posiciones que no han hecho sino confundir a unos jugadores a los que parece costarles dilucidar su rol específico dentro del campo. La paciencia del presidente, bastante más vasta que la del soberano, tampoco es infinita y, como la pelotita y los resultados mandan más que la propia directiva, ya empiezan a surgir los primeros rumores de destitución.
No seré yo opositor de tal medida pues, aunque creo que sobran los improperios que desde parte de nuestra propia afición se vierten contra la impoluta y regia figura del italiano, creo que, a nivel puramente deportivo, lo primordial reside en la urgente necesidad de cambio que alberga esta plantilla. El ciclo de Carletto en el Real Madrid parece extinguido y es adecuado pensar que el equipo necesita aire fresco, cambiar de metodología de trabajo y asentar un sistema donde los jugadores puedan asimilar mejor sus funciones.
los numerosos cambios de sistemas, probaturas y permutaciones de posiciones no han hecho sino confundir a unos jugadores a los que parece costarles dilucidar su rol específico dentro del campo
Me van a disculpar una pequeña licencia que, permítanme decirles, me llega hasta a incomodar; y es que no me gusta entonar el “os lo dije”. Tampoco sería cierto, pues jamás llegué a decirlo sino que me lo callé y guardé para mí mismo para no parecerles un agorero, pero el caso es que, en mi humilde y no siempre acertada opinión, el adiós de Ancelotti llegaría cuatro meses tarde de producirse hoy. Hasta en dos ocasiones, haciendo referencia a la despedida de Toni Kroos, llegó a decir en rueda de prensa que él también quería retirarse en el punto álgido de su carrera. Quizá pecó de optimismo al pensar que se venían mejores momentos que la final de Wembley, pero tras dicha final llegué a pensar que lo mejor para él era dejarlo ahí. No lo hizo y ahora su presente pinta en bastos. Espero que, de certificarse su destitución antes del final de temporada, el madridismo sea capaz de omitir este mal trecho final para despedir con honores a un entrenador cuya segunda etapa en el club blanco ha sido brillante.
Esta temporada, nefasta hasta la fecha, no debería opacar lo anteriormente logrado. Simplemente constata la florentiniana creencia de que en este club los entrenadores tienen una fecha de caducidad, y esta acostumbra a coincidir con el final del tercer año posterior a la firma del primer contrato. Zidane, que parece haber desentrañado mejor que nadie los entresijos y secretos de este club, no necesitó que nadie se lo sugiriera siquiera para asir él mismo el picaporte de la puerta blanca.
El Real Madrid es como un tren en infinita marcha en el que cada cierto tiempo hay que dar relevo al conductor, que no encuentra un segundo de descanso hasta que llega ese reemplazo. Y, como el tren no se detiene nunca, aquí anda el madridismo divagando acerca del próximo capitán al que darle los mandos.
en este club los entrenadores tienen una fecha de caducidad, y esta acostumbra a coincidir con el final del tercer año posterior a la firma del primer contrato
Entre la afición ha surgido la idea de disponer de lo que se ha denominado como un “entrenador interino” que se haga cargo del equipo sólo hasta final de temporada, tras la cuál se da por hecho demasiado alegremente que nuestro banquillo será ocupado por Xabi Alonso. Contemplo estupefacto cómo esta idea ha tenido calado e incluso ha sido aceptada de buen grado por parte de la afición, esa misma que considera inaceptable la situación futbolística actual y que no parece percatarse de que darle las riendas de esta plantilla a un “interino” no es sino decirle a dicho entrenador que no se confía en él ni en su proyecto. Dicho de otro modo que resultará mucho más familiar al aficionado madridista: equivale a tirar la temporada en otoño, cuando ahora mismo el madridismo está indignado precisamente porque temen que es exactamente lo que está sucediendo.
No, amigos, en el Real Madrid no existe el concepto de interinidad como tal y no creo que haya entrenadores, ni siquiera los de la casa, que acepten de buen grado el significado de dicho concepto. En el Madrid no se espera a nadie ni se tira voluntariamente una temporada, se lucha por ganar independientemente de la (im)posibilidad aparente de la victoria. Y eso lo saben perfectamente incluso los candidatos interinos que supuestamente pueda estar barajando el club.
Si, por poner un ejemplo, llega Raúl al banquillo blanco, les puedo asegurar que ni el ex delantero blanco se va a limitar a ver pasar la temporada ante sus ojos, sino que va a poner todo lo que esté en su mano por tocar metal. Tampoco el club va a darle el banquillo a alguien que no crea capacitado de ganar dichos títulos. Sé que Raúl no tiene muchos adeptos entre el madridismo (como tampoco los tenía Zidane en su día), pero por si acaso les recomiendo no apostar en contra de aquellos jugadores o entrenadores cuya tensión y voracidad competitiva se percibe en la mirada.
Si verdaderamente la idea del club es Xabi Alonso, o cualquier otro entrenador con contrato en la actualidad, no entendería que al menos no se tanteara la posibilidad de ficharlo incluso en mitad de temporada. Puede resultar improbable, pero Xabi es hombre de fútbol y conoce la casa. No está en un gigante europeo cuyas aspiraciones sean tan potentes como para retenerlo cuando venga todo un Real Madrid a tocar la puerta de su casa y, sobre todo, sabe que el tren del Madrid, ese que no se detiene nunca, no espera a nadie. Apostar por un plan preestablecido en el cual el club vikingo contrata a un entrenador de bajo perfil sólo para terminar la temporada, y esperar a que la mejor plantilla de Europa no esté luchando por los títulos a final de temporada, no es más que una absurda quimera que ningún exfutbolista versado en la materia puede ser tan ingenuo de creer.
si verdaderamente la idea del club es Xabi Alonso, o cualquier otro entrenador con contrato en la actualidad, no entendería que al menos no se tanteara la posibilidad de ficharlo incluso en mitad de temporada
Si el Madrid toma la decisión de destituir a Carlo, dudo mucho que la idea sea la de colocar a un entrenador de transición durante la temporada más especial que ha vivido el club en mucho tiempo, participando en nada menos que siete competiciones y teniendo lugar un nuevo torneo como es el nuevo Mundial de Clubes, del que se desprende que el club blanco está muy ilusionado por competir y añadir ese trofeo a nuestra vitrina.
Entiendo que a muchos el mal estado de forma de la mayor parte de la plantilla les haya sumido en un estado de depresión, y les haya enturbiado el juicio hasta el punto de olvidar que el Real Madrid tiene, incluso con las actuales carencias generadas por las lesiones, una de las mejores plantillas de Europa, si acaso no la mejor. Ningún entrenador del planeta llegaría al banquillo blanco y exigiría fichajes como condición para pelear por algún título, sino que se frotaría las manos pensando en las amplias posibilidades de sacar rendimiento a los nuestros. En dichas condiciones, es absurdo querer despedir a Carlo para traer a un técnico interino. El Madrid no entiende de interinidades. El mejor club del mundo no es lugar para cumplimentar unas prácticas. Y el mejor club del mundo ha llegado a serlo precisamente porque se caracteriza por pensar a lo grande y tener entre ceja y ceja el triunfo, por lejano que pueda parecer en momentos como este.
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