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La Galerna

·28 de abril de 2025

Mira, chato (CLXXIV)

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Euforia mamadora: ¡muchas felicidades!

La cortesía no debe perderse jamás y me gusta empezar así: muchas felicidades a los ganadores de la Copa, barcelonistas y los otros. Tras tantos años mamando —disculpen—, les llegó su momento. Mamadores y mamadoras. totum revolutum. Derrengados de tanto trabajar. Arriba, abajo, atrás, 'alante'. Una Copa de Europa, otra, otra más, esto. aquello otro... Un sinvivir.

Gentes con las mandíbulas dislocadas de por vida, algunas han necesitado de prótesis correctoras. Siguen con ellas. A muchas las visité en sus peores momentos. Les llevé compañía, consuelo, regalos...  Un panorama largo y terrible. ¿Saben? Una es colega, Dios no me permitirá revelar su filiación, no me tienten. Un día bostezó y se quedó clavada. Culpa del Madrid, otra más. Yo lo vi. Un horror. Vamos: denuncié al Madrid y me desestimaron la cosa: in-comprensible.


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Felicidades, sí. Porque no quiero imaginarme que la cosa acaba ganándola el Madrid y poco faltó. No están las urgencias de los hospitales para avalanchas extra. Se lo comenté a una amiga enfermera que estuvo de guardia aquella noche: pensó lo mismo. "Mono, entró el 2-1 y me temblaron las piernas".

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Vivió una tremenda contradicción: es madridista como toda persona honesta, pero se vio recuperando gente al ritmo de cincuenta por hora. Sabedora de que algunos fallecerían sin remisión, pobres familias. Y tampoco es plan. ¿Que me llama mono? Es menorquina. Mono para ella es chato, guapo, bonico.

Total, que los ganadores están viviendo un gran momento. Como siempre, lo hacen con un ojo cerrado y otro abierto, y sin quitarse las prótesis. Saben que volverán a mamar, y mamador precavido vale por dos. O tres. No pienses, he comentado a los más amigos: disfruta, son dos días. Lo saben, claro.

Los ganadores están viviendo un gran momento. Como siempre, lo hacen con un ojo cerrado y otro abierto, y sin quitarse las prótesis. Saben que volverán a mamar y mamador precavido vale por dos

Lo tuvo cerca del Madrid, sí. No debe extrañar que a este equipo errático le costara la final dos errores propios. Se ha equivocado mucho este curso, lo de Sevilla fue un punto seguido. Lo errático es moverse sin rumbo fijo, sin asentarse en un lugar. Su temporada está siendo eso. Un aquí caigo, ahí me levanto, que le ha ido pasando una factura tras otra.

No se ustedes, pero a mí no me pareció que el tanto de Tchouaméni iba a ser definitivo. No es este un Madrid seguro, firme, luego la 'petardá' no debe descartarse en su caso. La dio. Y dos veces. Se le fue el trabajo al garete en un par de acciones que resumen su temporada: siempre le ha faltado una pela 'pal' duro.

Dolorosa esta última experiencia porque un cambiazo inesperado, como si en el descanso hubieran tomado sus jugadores una pócima milagrosa, le permitió darle vuelta a todo. De pronto, el dominador se vio cerca de la derrota. El Madrid empató, se adelantó, tuvo cerca el 3-1 y acabó sucumbiendo tras encajar el empate en el minuto 84, a seis del final más el alargue, y llevarse la definitiva cornada en el 116.

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Eso le pasa a un equipo bisoño o a uno despistado, errático. Un Madrid serio, convencido, regular, el del año pasado sin ir más lejos, no pierde esa final ni en broma. Este sí porque perdió la eficacia, también la salud. Aquel Madrid de hace unos meses hubiese conseguido el 3-1 o que no se jugara más. Este, ni una cosa ni otra.

Las lesiones han tenido mucho que ver con eso. Kroos, ya. Fichajes que no se hicieron. Cantera que no se atendió: ¿no hay Asencio o cosa parecida para los laterales, esa cruz? ¿Ha jugado poco Güler? No cerca de la banda, donde el sábado. Este muchacho... Ancelotti, avispado no ha estado. En fin, lo que todos sabemos.

El clásico entre todos la mataron y ella sola se murió. El Madrid perdió. Como pierden todos, en su caso mucho menos. Ha tenido un año malo, no me equivoqué cuando en septiembre, nada menos, advertí que el niño venía de nalgas. Y fue engordando: está ya que supera los cinco kilos.

El parto va a ser de aúpa, pero ni en el mejor de los casos, ganar el primer Mundial de Clubes, la Liga dejémosla, debe ocultar la realidad y el reto. Este equipo necesita una profunda renovación. Está terminando un ciclo más que glorioso, hay que procurar otro. El tránsito hacia la era Mbappé no ha arrancado bien. No ha estado precisamente brillante un solo estamento del club. Puede pasar. Pero eso: en esta vida se pierde más que se gana... menos el Madrid. Pónganse manos a la obra.

Getty Images.

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