Revista MadridistaReal
·15 de janeiro de 2025
Revista MadridistaReal
·15 de janeiro de 2025
Escribía la semana pasada cuáles eran las claves para vencer al Barça de Flick tras lo que debía ser el aprendizaje de la derrota en el Clásico liguero. Sin embargo, el Real Madrid volvió a cometer los mismos errores multiplicados por dos. Eso supuso que los culés pasasen por encima de los de Ancelotti en un partido que parecía de profesionales contra niños.
El equipo, que venía en una dinámica más positiva que el Barça tras los meses de noviembre y diciembre, atraviesa un momento complejo. La teoría de vasos comunicantes entre los referentes de la capital y la ciudad condal, deja al conjunto blanco en una situación crítica.
Pero, en medio de esta tempestad, ¿cuál es el horizonte próximo del Real Madrid?
Pues bien, el futuro más cercano pasa por tres encuentros en el Santiago Bernabéu. A priori, una noticia positiva, pero dado el enfado que ha producido la segunda humillación futbolística consecutiva en un clásico, el ambiente puede ser irrespirable.
El aficionado blanco no entiende ciertas decisiones técnicas que empiezan a desesperar al madridismo. Tampoco el desdén de futbolistas que se vieron superados, pero sin mostrar la sensación de haber entregado todo lo que tenían.
La masa blanca quiere compromiso, quiere que se respete la meritocracia y el sentido común en las alineaciones y por supuesto que no se falte al respeto a eso de: «La camiseta del Real Madrid es blanca, se puede manchar de barro, sudor y hasta de sangre, pero nunca de vergüenza«.
El compromiso, el esfuerzo y la rebeldía es innegociable. La derrota es difícilmente digerida en este club, pero con lo que no puede tragar la afición es con la apatía. Son demasiados golpes esta temporada bastante incomprensibles y la afición comienza a cansarse.
En esta tesitura, el Real Madrid recibirá en la eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey al Celta. Un partido que será una prueba de fuego para Ancelotti y sus pupilos. Es una incógnita el recibimiento que tendrá el equipo y según que futbolistas, incluso antes de que ruede el esférico.
La realidad es que se corre el peligro de olvidar lo importante, que es pasar de ronda ante un rival que ya puso las cosas muy complicadas en Vigo. El Celta no va a venir de paseo y sabe que el Real Madrid está herido. El equipo tiene dudas y es un buen momento para meter el dedo en la llaga.
El contexto va a exigir al equipo no solo pasar de ronda, si no mostrar una actitud y unas sensaciones muy diferentes a las que se vieron en la final de Supercopa. Empezar dubitativo, tibio y no digamos con un gol en contra, puede suponer que la afición ponga el grito en el cielo, generando un ambiente incendiario.
El partido contra el Celta será un termómetro de cómo se encuentra el equipo, Ancelotti y la afición. Será el partido que marque la importancia de los siguientes. Un punto de inflexión o de no retorno.