El Fútbol Femenino en Corea del Norte. El Éxito de una Potencia Ignorada. (Por @RodMol50) | OneFootball

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·15 January 2025

El Fútbol Femenino en Corea del Norte. El Éxito de una Potencia Ignorada. (Por @RodMol50)

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El 2024 fue un año de ensueño para el fútbol femenino de Corea del Norte a nivel de selecciones. Se coronó como Campeona Mundial Sub-20 en el torneo realizado en Colombia en el mes de septiembre tras vencer 1-0 a Japón, mientras que, en República Dominicana, las norcoreanas se quedaron con el título en el Mundial Femenino Sub-17, tras derrotar vía lanzamientos penales a su similar de España, luego de igualar 1-1 en el partido regular. En ambas categorías, Corea del Norte logró el tricampeonato a nivel de seleccionado femenino.

La selección femenina sub-20 de Corea del Norte derrotó por la cuenta mínima a Japón y se quedó con el campeonato de la categoría, en definición jugada en el estadio El Campín de Bogotá ante 32.900 espectadores. Bastó el gol de la delantera Choe Il-Son, a los 13’ con un remate alto, para quedarse con el título. Una campaña sobresaliente de las norcoreanas, que obtuvieron 7 triunfos en 7 partidos jugados, marcando 26 goles y recibiendo solo 4 en contra. Choe Il-Son, la heroína de la final, fue la goleadora del certamen con 6 anotaciones, además de ser elegida la mejor jugadora del Mundial realizado en Colombia. Corea del Norte volvía a erigirse como campeona de la categoría, tras las coronaciones en los años 2006 y 2016.


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Por su parte, la Selección femenina norcoreana sub-17 se alzó con la corona de campeona tras vencer a las españolas por 4-3 en definición a penales tras igualar 1-1, en partido jugado en el estadio Félix Sánchez de Santo Domingo ante 18.000 espectadores. España había abierto la cuenta a través de su centrodelantera Celia Segura, a los 61’, pero dos minutos más tarde, a los 63’, la alera Jon Il-Chong eludió a la portera Laia López para igualar el marcador. Corea del Norte volvía a alzarse con el título de la categoría tras lo logrado anteriormente en el 2008 y en el 2016.

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Ambas selecciones pusieron en práctica un fútbol simple y directo, jugando a dos o tres trazos, sin la necesidad de armar jugadas en base a triangulaciones ni realizando transiciones, sin vislumbrar un juego a ras de pasto. Las norcoreanas basaban su juego en el pase profundo, aprovechando la velocidad y la habilidad de sus delanteras para sacarse las marcas y disparar con prontitud a la portería contraria. Igualmente, se pudo observar que su sistema de juego daba mucho énfasis a la aplicación en cuanto a la táctica fija tanto defensiva como ofensiva, lo cual facilitaba el ordenamiento en cancha de sus líneas y favoreciendo aspectos como la marca en zona, la anticipación y la presión a sus rivales.

Para poner en práctica tales aspectos, Corea del Norte privilegia la preparación física como soporte de su juego. Pese a lo menudo de su estatura, el desarrollo de una contextura corporal fibrosa y atlética y no con una masa muscular mayor, permitió que las futbolistas norcoreanas se mostrasen siempre rápidas en cuanto a reacción y lectura de juego, basado fundamentalmente en la técnica en velocidad en ataque, como así también la aplicación y concentración en defensa. Las norcoreanas tuvieron mayor fortaleza y mejor resistencia que sus rivales, lo cual les permitió que pudiesen llegar de mejor forma a disputar la última parte de cada encuentro, en donde la intensidad fue el factor clave que les permitió llegar al triunfo ante selecciones con un sistema de juego y con un trabajo físico muy diferente.

Pero ¿cómo es la realidad del deporte en Corea del Norte, y en particular del fútbol femenino en aquel país?

El régimen dictatorial de Kim Jong-Un ha convertido a Corea del Norte en una nación hermética, que obedece ciegamente a los cánones dictados por su mandatario. A pesar de gobernar con mano de hierro, Kim Jong-Un se propuso convertir a Corea del Norte en una superpotencia deportiva, pretendiendo dar una imagen amigable del régimen hacia el mundo y permitir que el deporte sea una de las actividades principales de su gobierno, lo cual les permitiría superar a otras potencias mundiales.

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De hecho, estudiantes, funcionarios y trabajadores llevan a cabo con entusiasmo la práctica de alguna actividad deportiva. Un ejemplo de esto es que el segundo domingo de cada mes se lleva a cabo el día del deporte mensual, en donde cada habitante del país norcoreano practica algún tipo de deporte con mucho fervor. Podría considerarse, entonces, que el deporte pueda tener un rol como controlador de la sociedad, pero dentro del régimen comunista de aquel país, el deporte es considerado como una actividad esencial para el desarrollo de su gente y como medio para alcanzar el bien común y la felicidad.

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Corea del Norte no solo ha obtenido logros importantes en el fútbol femenino. Es imposible dejar de lado la inolvidable campaña que la selección masculina tuvo Enel Mundial de Fútbol de Inglaterra 1966, llegando a los cuartos de final donde cayó 5-3 ante Portugal luego de eliminar en primera fase a Italia y a Chile. Igualmente, los norcoreanos han obtenido buenos resultados en atletismo y en gimnasia en diversos juegos asiáticos, y es una de las potencias mundiales más reconocidas en la halterofilia (levantamiento de pesas), el deporte que más logros le ha tributado a la nación.

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¿Por qué ha tenido tanto éxito el fútbol femenino en Corea del Norte?

La práctica del fútbol femenino en Corea del Norte obedece a un plan estratégico del régimen comunista en cuanto a estimular su práctica desde temprana edad en las niñas de aquella nación. Por lo mismo, este proyecto deportivo empieza a dejar sus cimientos con la práctica del fútbol femenino en todos los establecimientos educacionales dependientes del estado norcoreano, desde sus escuelas primarias y en el incentivo de “acarrear” a mujeres que practicaban otros deportes hacia la práctica del fútbol. Desde el año 2012, el plan de estudios de educación física se centra en la práctica del fútbol, con el fin de buscar talentos y dotar a las selecciones en sus distintas categorías.

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Centro Deportivo Pyonyang Footbal School

En diversas ciudades de Corea del Norte se han construido complejos deportivos destinados a la formación de futbolistas femeninas. Las futbolistas se entrenan de manera rigurosa, dando gran importancia a la disciplina táctica y a la creación de un estilo de juego ordenado, rápido y agresivo, privilegiando lo físico por sobre lo técnico. En el año 2013 se creó un gran centro deportivo llamado Pyongyang Football School, donde no solo existen canchas para la práctica del fútbol, sino también aulas en donde se forma académicamente a las jugadoras, las cuales se hospedan en habitaciones que acogen a las futbolistas reclutadas desde distintas ciudades y pueblos. Esto estimula no solo poder desarrollar integralmente a las futbolistas, sino que también el fútbol femenino se convierta en una herramienta de propaganda y orgullo nacional para el régimen.

El modelo se fue consolidando año tras año, hasta formar una liga femenina que, en sus inicios, contaba con 18 equipos distribuidos a lo largo de todo el país. Actualmente, la primera división femenina de Corea del Norte cuenta con diez equipos. El 4.25 SC, equipo ligado al Ejército Popular de dicha nación, es el vigente campeón de dicha liga. La DPRK Premier Women’s Football League está compuesta por tres divisiones y se rige por la Asociación de Fútbol de la República Popular Democrática de Corea del Norte, organismo rector de este deporte en dicho país.

Entonces, ¿Por qué Corea del Norte es considerada una potencia en el fútbol femenino mundial y Chile no lo es?

A pesar de las dificultades políticas y sociales, a la ausencia de todo tipo de libertades debido a una disciplina de hierro, donde no se permite la disidencia sino una obediencia absoluta al régimen y a su líder, y a las sanciones y restricciones que han afectado a la nación norcoreana en los últimos tiempos, Corea del Norte es una de las potencias más importantes del mundo en cuanto al fútbol femenino se refiere. Mientras que en Chile el deporte es visualizado como un bien de consumo, donde los grandes logros a nivel internacional (Mundiales, Olimpiadas) han sido por méritos y esfuerzos individuales, en Corea del Norte se vislumbra al deporte como un derecho inalienable y fundamental para la consolidación de su sociedad, en cuanto a que se apuesta por el bienestar de todo su entorno y por el desarrollo integral de sus deportistas, lo cual contribuiría, esencialmente, a la estabilidad y fortaleza de su régimen. El deporte en Corea del Norte no está para el logro de unos pocos, sino que es una parte fundamental en el bien común de todo un país.

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Al revés de nuestro país, donde se fomenta el individualismo, en Corea del Norte es primordial el fomentar el espíritu colectivo, no solo en la práctica del deporte sino también en cualquier actividad o trabajo que se requiera realizar. Esto permite reflejar un espíritu alineado con los valores que una sociedad establece desde tiempos históricos. Las mujeres en Corea del Norte poseen una fuerza de carácter y una tenacidad que son claves en cuanto a ser el principal factor de sus victorias, ya que su sincero deseo es complacer a su pueblo y a sus gobernantes, siendo éste un craso ejemplo en la unión que debe existir entre el deporte con otros ámbitos como la sociedad, la cultura y la política. En Chile, la educación valórica está pasando por una crisis casi terminal, mientras que hay sectores que pretender que la mujer vuelva a tener un papel secundario como lo tenía en décadas pasadas.

En Corea del Norte, el fútbol femenino se ha convertido en un pilar fundamental de su nación. No solo ha obtenido campeonatos a nivel mundial; su Liga Femenina de Fútbol está desarrollándose en las mismas condiciones que su categoría varonil, compitiendo de manera paralela y con los mismos beneficios. En Chile, pensar en un torneo de fútbol femenino que compita en las mismas condiciones que el fútbol masculino resulta ser casi utópico, pese a las buenas intenciones que puedan tener quienes resguardan los derechos de las futbolistas.

En Corea del Norte, el éxito del fútbol femenino es consecuencia de una gestión estatal y de una inversión muy poderosa realizada por su gobierno, apostando a la formación de nuevas futbolistas desde los albores de su niñez. En Chile, en cambio, el fútbol femenino es considerado por gran parte de sus dirigentes como un “gasto innecesario”, y son muy pocos los que realizan una gestión que permita un desarrollo de este deporte para alcanzar logros importantes. El fútbol profesional en Chile es percibido como una actividad privada, con fines de lucro, y solo en el ámbito amateur, muy poco difundido y promovido, se estimula la parte formativa de nuevos talentos para el futfem, llevando a cabo la creación de talleres y escuelas de fútbol como así también el trabajo con divisiones inferiores. La presencia del fútbol femenino en los establecimientos educacionales y centros sociales de nuestro país es casi inexistente.

Quien redacta esta columna no pretende imponer sus ideas políticas, sino mostrarles como es un modelo que ha llevado al éxito a un proyecto deportivo, al igual que cuando escribí sobre la realidad del fútbol femenino en Canadá y en España. Desafortunadamente, la polarización y el odio en Chile está creciendo en forma sostenida, y quienes tenemos un pensamiento, sentimiento y acción diferente a lo establecido por el sistema somos excluidos, apartados o sencillamente cancelados. El vivir en armonía implica el dejar de lado aspectos negativos como la discriminación o la exclusión, sino el llegar a acuerdos, intercambiar ideas, e incluir a todas y a todos dentro de un nuevo sistema, de un nuevo modelo de vida.

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