Parce, una locura lo de Nacional como local en la Libertadores | OneFootball

¡Parce, lo que estamos viviendo con Atlético Nacional en esta Libertadores es una locura brutal! Por primera vez en la historia, el Verde del alma se manda los tres triunfos seguidos como local en una misma fase de grupos. ¡Sí, oyó bien! Tres partidos en casa, tres victorias, nueve puntazos. ¡Qué chimba, mi hermano!

Todo empezó con ese baile sabroso que le pegamos al Nacional uruguayo: 3-0 y para la casa. Fue una clase de buen fútbol, de intensidad, de esos partidos que uno se quiere repetir con un guaro en la mano y la camiseta puesta. ¡Qué manera de arrancar, papá!

Luego vino el Internacional, y aunque nos pusieron a apretar un poquito, el Verde mostró la casta. Un 3-1 contundente, con sabor a jerarquía, a garra paisa y a esa conexión mágica entre la hinchada y el equipo. ¡Qué delicia ver el Atanasio rugiendo otra vez como en las mejores épocas!

Y pa’ cerrar con broche de oro, se vino Bahía. Partido apretado, de esos que se ganan con el corazón en la mano y el escudo inflado en el pecho. 1-0, gol con alma, vida y sombrero, y la tercera victoria en casa. ¡Parce, eso no lo habíamos hecho nunca en esta copa!

La gente ya empieza a soñar con la tercera, parce, y cómo no ilusionarse si este equipo está mostrando huevos, talento y amor por la camiseta. Se siente en el ambiente, en las calles, en los barrios, en cada mensaje que se riega por redes. Nacional está despertando algo muy bravo… y la hinchada lo sabe.

Este equipo tiene mística, tiene historia, tiene hambre. Y cuando eso pasa, cuando la tribuna se llena de fe y los jugadores responden, el camino se empieza a iluminar. ¡Nos la vamos a creer, parce! Porque esto pinta pa’ historia y la historia verde siempre se escribe con aguante.

Así que parchados todos, con el alma en verde y el corazón latiendo al ritmo del Atanasio. ¡Vamos con toda, mi Nacional del alma! Que lo que viene es grande y aquí estamos pa’ alentar, pa’ soñar y pa’ levantar otra vez la Copa Libertadores. ¡Vamos por la tercera, mi rey!