La Galerna
·30 de octubre de 2024
La Galerna
·30 de octubre de 2024
Es humano dejarse llevar por el desánimo cuando ves a tu equipo perder de forma tan perturbadora frente al líder de la competición doméstica. Sin embargo, he visto suficiente fútbol a lo largo de mi vida para tener experiencia en trances similares y aún más delicados. He presencia dinámicas negativas y otras simples derrotas que nos pillan a todos con el pie cambiado. Sin ir más lejos, en la temporada 2021/2022 el Fútbol Club Barcelona de Xavi Hernández nos endosó un 0-4 en el Santiago Bernabéu. Aquel Barça venía mal y necesitaba un milagro para poner en cuestión el liderato del Madrid. Tras su victoria parecía que el Madrid se iba a derrumbar. Todavía estaba por ver si éramos campeones en Liga y la final de Champions aún quedaba en el horizonte como un punto indeciso. Pues bien, todos sabemos cómo acabó aquella temporada, ¿verdad?
Ahora es el momento para que los youtubers que vienen anunciando el desastre desde ni se sabe puedan facturar vendiendo pesimismo y negligencia por no sabemos qué planes oscuros de la dirección. Sí, la misma dirección de club que más ha ganado en los últimos diez años. Lo fácil es subirse al barco de los apocalípticos, lo difícil es tener memoria y sensatez. Criticar la gestión del corto y mediano plazo es cosa de niños, ponderar la gestión que ha sido capaz de tener al equipo en lo más alto y construir el mejor estadio del mundo ya cuesta algo más. Además, ¿alguien pone la mano en el fuego por los supuestos voceros de la nueva ola y me jura y perjura que no obedecen a intereses espurios? Puestos a poner en cuestión todo, empecemos por el que pone sobre la mesa delirantes teorías de la conspiración. Ya se sabe que cuando el sabio señala la luna, el tonto se fija en el dedo. Saque cada uno su propia conclusión del proverbio.
Lo fácil es subirse al barco de los apocalípticos, lo difícil es tener memoria y sensatez
Entiendo que no es plato de buen gusto aceptar una derrota tan despiadada como la del pasado sábado. No obstante, todos los lectores de La Galerna ya me conocen lo suficiente como para saber que no pienso participar de ningún linchamiento mediático ni mucho menos realizar una enmienda a la totalidad a la gestión del club. Si mi sistema cognitivo no me falla, aún a día de hoy el Real Madrid sigue siendo campeón de Europa, campeón de Liga, supercampeón español y continental. Y si mi memoria futbolística sigue estando intacta, de muchas situaciones peores hemos salido.
Porque para sacar conclusiones dramáticas a finales de octubre que no cuenten conmigo. Y más con este equipo. Todos podemos poner de ejemplos otras temporadas que tras un importante revés el equipo se ha levantado y de forma apasionante ha acabado conquistando títulos. Así pues, aconsejo a todo el mundo que quiera mantener la línea de cordura que se ponga a dieta de cualquier tipo de eco mediático que tenga que ver con el pesimismo. Y, además, darle la espalda a la actualidad tampoco viene mal. En días así conviene no entrar en perfiles de los “popes” madridistas, pues alguno puede provocar una apoplejía. He llegado a leer que si el club no toma esta o aquella decisión futbolística en los próximos meses se avecina un temible ciclo ganador del Barça. Apaga y vámonos.
Criticar la gestión del corto y mediano plazo es cosa de niños, ponderar la gestión que ha sido capaz de tener al equipo en lo más alto y construir el mejor estadio del mundo ya cuesta algo más
Y en este clima enrarecido llega el partido contra el Valencia en Mestalla. Un escenario que nunca es sencillo para nosotros. Es cierto que los pupilos de Rubén Barjas van como pollo sin cabeza pero no es menos cierto que para ellos y su afición el partido frente al Madrid es el acontecimiento del año. Yo no me tomaría a la ligera el encuentro. El Valencia encadena una racha muy mala, pero hace un año era uno de los equipos más en forma del campeonato. Por todo ello, una victoria en Mestalla sería un síntoma inequívoco de que el Madrid sigue a lo suyo, que es sumar. En fútbol no existe mejor medicina que la victoria.
Para rematar la faena, el Balón de Oro 2024 fue para Rodri Hernández y no para Vinícius Júnior. Creo que ya poco se puede añadir y seguro que los lectores de La Galerna han disfrutado de las valoraciones de Jesús Bengoechea y Antonio Valderrama. Lo que sí me gustaría decir es que me parece un ditirambo carente de sustancia loar al jugador del City ponderando su nacionalidad o su desempeño en el centro del campo. Consumado el ninguneo a Vinícius y dado de lado a Carvajal o a Bellingham, parece haber consenso en los merecimientos de Rodri Hernández. Pues bien, yo niego la mayor y me pregunto qué deben sentir jugadores legendarios como Andrea Pirlo o Steven Gerrard. ¿Son inferiores en títulos o en incidencia en el juego? ¿Menos influyentes? Lo dudo.
Sé que se argumenta a favor de la elección que su triunfo debiera llenar de gozo al fútbol español y vuelvo a preguntarme la razón de fondo. ¿Qué sentirá el señor Raúl González Blanco al que le sobraban los motivos para haber sido galardonado? ¿Y el autor del gol más importante de la historia del fútbol español que es Andrés Iniesta? ¿Acaso Sergio Ramos o Íker Casillas no fueron merecedores del máximo galardón en varias ocasiones? ¿El historial de David Silva, Xabi Alonso, David Villa, Puyol o Piqué es anecdótico frente al del señor Hernández? ¿Es plausible que don Paco Gento se retirara de la práctica del fútbol sin recibir uno? ¿Y Amancio? Por favor, no nos obliguen a comulgar con ruedas de molino.
Vinícius: “Haré 10 veces si es necesario. No están preparados”. No, no lo están. Han despertado al león y ya sabemos cómo acaba esta historia
La lista es interminable. Rodri Hernández es el mejor cinco de la actualidad, ¿y qué fue Casemiro en la última década? Hay cientos de jugadores excelentes que no ganaron el Balón de Oro por una u otra causa, pero parece evidente que últimamente sale muy barato este trofeo fundado por France Football y organizado junto a la UEFA. Basta echar un vistazo al anterior ganador o al resto de premiados en la gala con nombres tan ilustres como Dibu Martínez. Parafraseando a Karim Benzema, Vinícius es el Balón de Oro del pueblo. Este cariño de la inmensa mayoría del mundo del fútbol no se lo pueden arrebatar. Es más, a buen seguro que el crack brasileño hará de este agravio causa, es su sino. En su cuenta de Twitter dejó esta contundente advertencia: “Haré 10 veces si es necesario. No están preparados”. No, no lo están. Han despertado al león y ya sabemos cómo acaba esta historia.
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